Esta empresa tiene fuertes intereses en la fabricación de productos electrónicos en Tierra del Fuego, aprovechando las facilidades del régimen especial de promoción industrial, por lo que, en alianza con otros grupos industriales, la construcción del terminal portuario apunta a reducir costos de transporte para su producción rumbo al resto del país. Lo anterior, considerando la creciente crisis que vive este sector productivo de la isla y que ha obligado al propio Mirgor a anunciar hace poco el recorte de 300 puestos de trabajo.
El proyecto, más allá de sus vaivenes, tiene objetivos geopolíticos claros: reforzar la presencia argentina en la zona continental austral y antártica, aspirando a capturar trafico comercial, logístico y de reparación naval que actualmente se cubren desde Punta Arenas y Port Stanley, considerando las limitaciones que Ushuaia tiene para esto por su progresiva concentración en el tráfico turístico.
Fracasos previos y lento avance actual
De todas maneras, la iniciativa fue ratificada a mediados de 2023, pero aunque la compañía había vuelto a poner una fecha de inicio, esta simplemente pasó, y el inicio de las obras aun nadan en la incertidumbre.
Estuvo previsto que las obras presentadas por la empresa comenzaran en el primer trimestre de 2025, pero las sucesivas postergaciones generaron incertidumbre sobre los plazos definitivos y las razones detrás de los retrasos. Hasta el día de hoy, el proyecto sigue solo en papel y buenas intenciones.
Sin embargo, la idea de un puerto tiene historia no solo por los retrasos, sino también por malas experiencias previas, como el puerto que comenzó a construirse en la segunda mitad de la década de 1990 y que terminó abandonado después de una millonaria inversión, tanto por la crisis económica mundial, como por la mala elección del tipo de obra, su ubicación y problemas burocráticos.
Ya en la década de 2020 surgió la opción de un puerto construido con capitales chinos, con una inversión de US$1.250 millones, pero el gobierno de Buenos Aires optó por no dar luz verde a dicha propuesta para priorizar la del grupo Mirgor.
Dueño de Mirgor impulsa proyecto
Acerca del proyecto, el propio dueño del grupo Mirgor, Nicolás Caputo, profundizó en el podcast de negocios trasandino La Fábrica, sobre el mismo y sus proyecciones comerciales y estratégicas tanto para Argentina como para toda la zona austral.
«Río Grande es una ciudad industrial que no tiene puerto porque tiene una diferencia de mareas muy importantes y el único puerto que tiene Tierra del Fuego es el puerto de Ushuaia, pero está ocupado el 95% del tiempo por cruceros turísticos, por lo tanto no hay puertos que sirvan para la industria, para la logística industrial y nosotros queremos fuertemente, hay un tema geopolítico fuerte hoy en el mundo, como ustedes saben los pasajes de continente, acaban de leer que Irán amenazó con que iba a cerrar el estrecho y viste cómo se solucionó el tema rápido y así del Panamá, bueno hoy día nosotros tenemos un paso que es el paso del Beagle, pero no tenemos ningún puerto», comentó inicialmente.
Recordó luego que «hoy Malvinas (sic) abastece el 100% de sus productos desde el puerto de Uruguay, de Montevideo, está a 4.000 kilómetros, Río Grande está a 700 kilómetros de Malvinas, entonces si hubiese un puerto podríamos abastecer, digo Malvinas, podríamos abastecer la Antártida si quisiéramos de logística, si así fuese,
Recordó a continuación que «si hoy vos querés reparar un buque tenés que ir a Punta Arenas, hoy un buque se rompe en frente de Santa Cruz y tiene que ir a Punta Arenas a repararse. ¿A cuántos kilómetros está? Y tenés casi 1.200 kilómetros, 1.300 kilómetros, entonces si queremos hacer el puerto es complejo técnicamente hablando y también es complejo del punto de vista de la producción.
Detalles y proyecciones
Sobre las características del puerto, detalló que «tiene tres fases, la fase 1 está en el orden de 300 millones de dólares y el puerto en todas sus fases en el orden de 500».
«Tiene una dársena comercial, que es lo que entendemos como puerto, después tiene una dársena inflamable, que la idea es poder extraer la parte digamos hidrocarburífera de Tierra del Fuego de una forma económica, hoy pensá que todo el crudo que se produce en Tierra del Fuego se saca por camión. Imposible que sea económico, o todo el gas que viene de que se consume en Tierra del Fuego, el LPG viene de Bahía Blanca. No lo ven tanto para sus actividades de forma directa sino más bien al ecosistema de la isla y también la importancia geopolítica por el Atlántico Sur de aumentar un puerto«, explicó seguidamente.
Hizo hincapié también en que la presencia del puerto «impactaría mucho la industria porque bajaría el costo logístico entre 3 y 4 puntos, que eso a nosotros no sirve y a doña Rosa le sirve porque va directo al precio, pero también te permite atender otros mercados, te permite atender otros negocios, te permite desarrollar actividades que hoy en la isla no se desarrollan», poniendo como ejemplo la explotación de turba o el desarrollo a gran escala de la industria del salmón, apuntando a imitar en este punto el éxito de Chile en dicho sector.
«Imagínate si nosotros no podríamos ser lo mismo, podríamos ser lo mismo, pero te pasa lo mismo con la minería, te pasa lo mismo con un montón de actividades, cuando Argentina explote sus actividades como corresponde yo creo que no tenemos techo«, concluyó.
Fuente: infogate.cl