Desde Neuquén también se lamentaron por la decisión, porque consideran que “fue una herramienta que permitió sostenerse a los productores chicos”, analizó el veterinario Joaquín Ferrería, organizador de la Expo Ovina de la Sociedad Rural de Neuquén. Si bien aclaró que Neuquén y Río Negro tienen realidades muy diferentes en la producción ovina (“acá algunos años se presentaron muy poquitos proyectos, o ninguno”, aclaró), recordó que “cuando salió la Ley fue un fomento que tuvo muy buenos efectos”.
Pero aseguró que el sector necesita otro tipo de acompañamiento, para poder cambiar “las tecnologías de manejo” de las majadas. Porque hasta el momento “lo único que se logró fue estirar la agonía”, marcada por los bajos precios internacionales de la lana y el impacto de las prolongadas sequías en los campos de la región.
Un buen recuerdo para productores de la Patagonia
“Salió en una época en la que en el país no había crédito, entonces fue una financiación genuina”, recordó. En un primer momento los créditos eran con condiciones casi similares a un subsidio, porque el financiamiento –para compra de reproductores, por ejemplo– era a tasa cero, con un año de gracia y a pagar en cinco años. Pero más allá de garantizar la subsistencia de los pequeños ganaderos, “no se logró modernizar el manejo”.
Ferrería, de todos modos, aseguró que en Neuquén “aún quedan productores chicos que están funcionando bien”, y por eso se preparan para realizar el próximo mes de enero otra edición de la Expo Ovina de la Sociedad Rural de Neuquén.
Río Negro y Neuquén tienen realidades distintas en cuanto a la ganadería ovina. La primera tiene un rodeo de 1.100.000 cabezas, mientras que los 300 productores neuquinos tienen una majada que se ubica en torno a las 220.000 cabezas.
El último fondeo importante fue en el 2023, y a la Ley Ovina se le asignó en el Congreso Nacional un fondo de $302 millones, de los cuales unos 50 millones de pesos fueron destinados a Río Negro.
“Acá, por ejemplo, nos pagaban un análisis de lana por año por productor en los laboratorios del INTA. También sirvió para armar bancos de forrajes para el invierno, mejorar los predios, hacer perforaciones, y era un recurso que en Río Negro estuvo muy bien distribuido”, resaltó el presidente de la Rural de Maquinchao. A su criterio, “acá en nuestra zona se la va a sufrir y se la va a sentir mucho su ausencia”.
Fuente: La Mañana de Neuquén