El Ministerio de Economía determinó el cierre de tres fondos fiduciarios que, según indicaron desde el Gobierno, evidenciaron ineficiencias en su implementación. Se trata del Fondo Nacional de Emergencias, el Fondo Fiduciario Progresar y el Fondo de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.
El Fondo Nacional de Emergencias tenía el objetivo de financiar acciones de respuesta ante determinadas emergencias que afectaran al país. Sin embargo, este fondo nunca llegó a ponerse operativo ni contó con presupuesto asignado. Así, quedó reducido a una enunciación carente de implementación práctica.
Por su parte, el Fondo Fiduciario Progresar fue creado para financiar acciones del “Programa de respaldo a estudiantes argentinos”, en el ámbito del Ministerio de Educación. Pero, al igual que el Fondo Nacional de Emergencias, nunca llegó a implementarse.
Finalmente, el Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos fue creado para financiar medidas de protección de los bosques. Sin embargo, la auditoría realizada por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) puso en evidencia debilidades en los registros, mostrando un déficit de capacidad institucional y logística de las jurisdicciones, así como también la inexistencia de indicadores claros sobre la gestión realizada.
Desde el Gobierno explicaron que, dadas las disposiciones contenidas en la Ley de Bases y los objetivos perseguidos por el Gobierno Nacional, el cierre de estos fondos conlleva principios de ordenamiento en la gestión gubernamental y el resguardo de una mejor administración de los recursos públicos.
Tierra del Fuego, en serios problemas ante la temporada de incendios.
Los bosques fueguinos constituyen la última porción de la formación, estando ubicados al sur. Tanto los factores climáticos como los edáficos, tienen influencia en la distribución de la vegetación de Tierra del Fuego.
Año tras año, la cultura extractivista y la nula conciencia ambiental llevan a quemar millones de hectáreas de bosque en todo el mundo. Con intención y fin económico o por descuido y negligencia, los bosques sufren cada vez más la acción humana.
Por esto, cuando alguien hace fuego, es obligatorio tomarse el tiempo para apagar las brasas aunque parezcan extintas ya que pertenecen encendidas por un tiempo prolongado, y cualquier ráfaga podría avivarlas y trasladarlas. Otro de los claros peligros es hacer fuego cerca de árboles. Las ramas medias de los árboles pueden ser alcanzadas por llamas que aparentan ser más pequeñas. Pero además de las copas, los árboles también pueden ser incendiados desde la raíz. Algunos, como el olivillo patagónico, tienden a expandir su agresivo sistema radicular por muchos metros casi al ras de la superficie, por lo que si se calienta mucho el suelo se puede desatar un incendio.
Con esta medida los bosques de nuestra provincia quedan absolutamente desprotegidos, sin posibilidad de obtener fondos para su preservación y es una evidente falla de planificación del estado, teniendo en cuenta que en 2022, el estado nacional, entregó 440 millones de pesos para la Unidad de Manejo del Fuego, y luego se quemaron 13 mil hectáreas en el Corazón de la Isla, lo que llamó poderosamente la atencion por la falta de equipamiento para combatirlo.
Nuestra provincia, cuenta con mas de 65.000 hectáreas de bosques maderables y otra cantidad similar de bosque de pre cordillera, compuesto de lengas y Ñires, especies únicas en el mundo.
Qué dijo Sturzenegger
Este martes, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado dio detalles en redes sociales: “Hoy por Decreto 888/24, en base a las atribuciones otorgadas por el Art. 5o por la Ley Bases 27.742, el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo avanzaron en el proceso de ordenamiento de la administración pública mediante el cierre de tres fondos fiduciarios”.
Para el funcionario, “los fondos fiduciarios son una suerte de ‘caja’, con recursos pre-asignados a un fin específico y cuentan, a su vez, con mayor agilidad de contrataciones. Parecen objetivos loables, ¿no?, sobre todo para la atención a emergencias; pero ambos conceptos encierran el germen de una mala administración”.
Y explica: “La asignación de los recursos para gastos específicos garantiza un mal uso de los mismos, porque no permite ponderar en cada momento el beneficio de un gasto frente al beneficio que lograría en otro uso. (Imaginemos un terremoto y no poder transferir las partidas de turismo, por ejemplo, a la ayuda a los damnificados)”.
Sturzenegger sostiene que la “agilidad del gasto” es “un arma de doble filo; puede servir para ser eficientes, pero también para la corrupción. Recuerdo, al comienzo de la gestión, al ministro Guillermo Francos lamentarse porque los fondos del fondo fiduciario que necesitaba para combatir unos incendios en Chubut habían sido dilapidados por la administración de Fernández-Massa para sostener a Télam. Otros fondos que supuestamente estaban asignados a la inversión en infraestructura habían desaparecido financiando créditos blandos para tratar de estimular la campaña electoral de Sergio Massa. Los fondos fiduciarios que se cierran con el Decreto 888/24, o no se habían puesto en marcha o habían mostrado graves irregularidades en su funcionamiento”, remarcó.
Asimismo, el ministro asegura que los objetivos que motivaron la creación de estos fondos “se seguirán impulsando en la medida que el Congreso de la Nación así lo determine en el presupuesto nacional, que es la única fuente de validación de gastos en una sana administración pública”.
Además, apunta que el decreto publicado este martes en el Boletín Oficial “nos acerca a una gestión más racional y transparente de los recursos de los contribuyentes, paso fundamental para una macro más ordenada y una sociedad con menos corrupción”.
Con información propia y de agencias.