Con el final de julio a la vuelta de la esquina, el BCRA está cerrándolo (al menos) con el agua debajo del cuello.
Después de un junio negativo, donde terminó vendiendo US$ 84 millones, este mes la mesa de dinero del Central está con compras netas positivas de US$ 223 millones. En un mes malo en términos de la estacionalidad, algo que se profundizará este trimestre, al menos pudo mostrar una tibia reversión para un BCRA que tiene US$ 6.000 millones de reservas en negativo según el consultor Fernando Marull.
Más allá de eso, las reservas en el mes están en negativo por el pago de la deuda. De hecho, caen US$ 1.500 millones. Incluso, tomando que el Central compró US$ 17.000 millones desde la gestión Milei, tan solo quedaron en las arcas oficiales US$ 4.450 millones. O sea, dos de cada tres dólares que compró se esfumaron de las reservas.
«A futuro, se espera que esta posición débil de compra del BCRA en el MULC se mantenga dado que disminuye la liquidación del sector agropecuario y aumentan las importaciones de energía por estacionalidad. También influirá la regularización de la entrada de importadores al MULC y la decisión del gobierno de limitar a cero la emisión por la monetización del resultado comercial para reducir la brecha cambiaria, cuyo costo en términos de reservas dependerá (inversamente) del éxito que tenga en lograrlo», advierte LCG.
Por su parte, desde Cohen Asset Management sostienen que el aumento de los dólares financieros de los últimos dos meses se dio por la debilidad que tiene el mercado cambiario dado que, con el esquema de dólar blend para los exportadores y los flujos de importaciones normalizados, el BCRA prácticamente dejó de comprar divisas en el mercado cambiario antes de lo previsto y deberá afrontar un segundo semestre mucho más tenso. «La liquidación del agro irá menguando y la demanda estará en alza, lo que le da menos respaldo al BCRA para contener el tipo de cambio en una eventual salida del cepo», anticipan.
«Sin embargo, es claro que los niveles de competitividad del dólar oficial y la brecha con el dólar paralelo implican una continua pérdida de reservas que se agrava por la necesidad de mantener el CCL a raya. El programa del Gobierno parece apuntar a construir un puente con el ingreso de fondos proveniente del blanqueo que le permita llegar a una negociación con el FMI, contando con el visto bueno del Tesoro de EE.UU. bajo la conducción de Donald Trump. Esto podría tener lugar hacia finales del primer trimestre de 2025″, afirma PxQ.
Y remarca que al margen de que esta estrategia dista de ser estable desde el punto de vista dinámico, incluso si el puente del blanqueo fuera suficiente para cruzar el año, es posible que «la desagradable aritmética libertaria implique que la cantidad de dólares que se necesiten en ese momento sean aún mayores que los actuales».
- «Mejorar el balance del BCRA a costa de empeorar el del Tesoro al tiempo que se pierden reservas por el atraso del dólar no parece la mejor idea desde el punto de vista de la estabilidad financiera y macroeconómica. Toca prepararse para un segundo semestre agitado«, afirma la consultora de Alvarez Agis.