La fotografía fue tomada por un vecino de Rio Grande
Aun cuando ya ha quedado probado que la soberanía no les importa mucho a muchos, que cantan la marcha, se emocionan el dos de abril y miran hacia Malvinas, pero permiten que se instale un radar británico en pleno corazón de la isla, o firman memorándums de entendimiento con china para un puerto multipropósito, la aparición de esta bandera como una muestra de la ocupación económica de una potencia extranjera en esta provincia, debería llamarnos a la reflexión.
No es nueva la intención y la ansiedad de China por hacerse de un puerto en nuestra provincia para asistir a su flota pesquera depredadora de toda la fauna marina en los mares australes, sino también, ingresar a la ruta de la seda que se extiende desde hacía, Oceanía y países europeos, integrando a esta zona geopolíticamente estratégica y sacar productos hacia el mundo.
Pero el centro de atencion de los chinos es la desembocadura del Estrecho de Magallanes y la Antártida, la reserva de agua natural mas grande del mundo y también reservorio de minerales e hidrocarburos hasta ahora inexplorados.
China no tiene ningún prurito en destruir el medio ambiente para lograr sus objetivos y sabemos lo que significa hacer negocios con un regimen que ya instaló una base en Neuquén, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en esta patología socialista que pega por izquierda y cobra por derecha.
Fue el frente de todos, que estatizó YPF, esto nos costó 5000 millones de dólares y un juicio con acreedores que puede llegar a 9.000 millones de dólares. Luego también fueron por Aerolíneas Argentinas, estatizaron y la entregaron a Iberia, recuperarlas también nos costo miles de millones, lo que nos lleva a entender que al Frente de Todos tampoco le importa demasiado la soberanía, porque estas acciones son claramente de entrega de la misma.
Y esa bandera china que apareció en el parque industrial, no es mas que la confirmación de todas estas políticas que incluyen la construcción de un puerto en Rio Grande que podría tener capitales chinos, empresas chinas que invierten en fábricas, que exportan a nuestro país el 65% de los insumos para la industria, que otorga créditos como el swap por mas de 900 millones de dólares y que nada de todo eso es gratis.
Porque no es gratis, porque China, se cobra lo que presta de la manera que sea, puede ser el pago obligatorio con dinero, o puede ser con territorio, como ha hecho en Panamá o en países de África, donde también tiene puertos y bases supuestamente satelitales pero que son infranqueables y nadie sabe a ciencia cierta que es lo que se hace ahí dentro, como en Neuquén.
El cuestionamiento a los negocios con China, no tiene que ver con una cuestión ideológica, tiene que ver con las formas, con quien es el socio político que hoy se ha convertido en enemigo de medio planeta, que esta gobernado por un mesiánico, donde no se respeta ningún derecho.
China es un país comunista, que como tal no respeta ningún derecho humano y cree que puede llevarse puesto todo lo que le interese y de este lado tenemos un país quebrado, endeudado, a la deriva, en busca de fondos a cualquier costo, para sostener una económica cerrada, sin importaciones, sin dólares para acceder al mercado internacional, con exportaciones de materia prima pero sin valor agregado, carnes, cereales que hoy por hoy son el mayor ingreso a las arcas con reservas en negativo. Entones, es argentina el objetivo perfecto para una potencia armamentista, superpoblada, con cerios problemas para alimentar a sus mas de 2000 millones de habitantes y poner un pie aquí y convertirnos en un objetivo militar que ponga en peligro no solo la soberanía, sino la seguridad nacional.
Esto cabe para cualquier otra potencia, que intente hacer negocios con una provincia como esta, sin que se den los acuerdos en base a consensos y sean de carácter público, que cuiden el medio ambiente, los recursos naturales y sean lo mas equilibrados posibles para ambas partes. Si no es así, solo será una entrega a cambio de fondos que nadie sabe dónde van, ni para que se utilizan. Aunque la sospecha de la sociedad quedó demostrada en las elecciones del 13 de agosto cuando el pueblo argentino en 17 provincias decidido cambiar la historia y comprarse un problema de consecuencias imaginadas.
Armando Cabral
