Ese día fue un lunes, todos nos desayunamos con la noticia sobre el ingreso a una cuarentena que en principio fue por 15 días y luego se extendió por un año.
Ese fin de semana fue el último en que pudimos ver a nuestros amigos, familiares, vecinos, las calles quedaron desiertas y los que como yo trabajamos en un medio de comunicación pudimos seguir trabajando y ver la ciudad desolada, todo cerrado, oficinas, comercios, fabricas, todo de apagó de repente y lo único que sabíamos que la pandemia había llegado a nuestro pais, a nuestra provincia y que por tiempo indeterminado debíamos permanecer encerrados en nuestras casas.
La comunicación comenzó a ser a través de mensajes de texto, las compras por delivery, los tramites por internet, comenzó a morir gente cercana, en total 555 personas en nuestra provincia, a nivel nacional todos los días fallecían personas de todas las edades, mayormente adultos mayores que no se podían despedir y que eran directamente cremados.
Dos años han pasado en medio de escándalos por el vacunatorio VIP, la falta de vacunas, más de 126.000 personas han fallecido en todo el pais, tuvimos la cuarentena más larga del mundo, se perdieron miles de vidas, millones de puestos de trabajo, cerraron sus puertas cientos de miles de pymes, industrias, comercios, la economía del mundo se derrumbó y nosotros no fuimos la excepción, en medio de todo esto aparecieron los “Anti vacunas”, con argumentos tan delirantes que costaba creer que esas personas estuvieran en su sano juicio, pero hubo quien las escucho y eso los llevó a la muerte.
Este tiempo de encierro, trajo serios problemas emocionales como la ansiedad, depresión, ataques de pánico, claustrofobia y secuelas físicas, como problemas pulmonares, musculares que requirieron de tratamientos, el sistema de salud argentino colapsó.
Miles de argentinos quedaron varados en el exterior, en países de todo el mundo, traerlos de regreso en medio de esa pandemia fue otro desastre, llegaron personas del exterior que trajeron la enfermedad, como ocurrió aquí con un buque con más de 1000 turistas chinos que arribó a Ushuaia, o turistas que venias de lugares como Cancún (México)que contagiaron gente, fiestas clandestinas, como la de Olivos y otras muchas donde no se tuvo ningún cuidado y protección con los que los contagios y las muertes fueron aumentando de manera exponencial, hasta que comenzaron a llegar las vacunas, en medio de todo esto echaron al ex Ministro de Salud Ginés González García y fue reemplazado por Carla Vizotti, pero la situación ya era gravísima, mientras todos seguíamos encerrados, muchos sin trabajo, sin poder abrir sus comercios, otros vendiendo lo que tenían y todos con la misma pregunta, ¿Cuándo termina esto?.
Hoy a dos años de aquel día aciago, en la provincia solo hay 32 casos, esto nos señala que aún no terminó el COVID-19, omicron o como quiera que se llame esta peste que destruyo a la humanidad, produjo cambios determinantes en el futuro del planeta, nos llenó de dudas sobre el origen del virus y hasta nos preguntamos si pudo el hombre haberlo generado.
Miles de preguntas quedaran ahí para siempre, el virus también nos demostró que no somos inmortales, ni imprescindibles, somos mortales y un virus como este puede borrarnos de la faz de la tierra. Aprendimos a vivir de otra manera, a demostrar nuestro afecto a la distancia, a reconocer el trabajo del personal de salud, de las fuerzas de seguridad, asociaciones intermedias, aprendimos a utilizar medios digitales para cualquier trámite, desde un depósito bancario, hasta un trámite fiscal, pasando por los turnos hasta para ir al médico, todo a través de un teléfono o una computadora, aprendimos a valorar la vida.
Hoy podemos decir que somos sobrevivientes de una de las peores pandemias que hayan azotado a la humanidad, pero aun así debemos seguir cuidándonos, está llegando una cuarta dosis de vacunas, a todos los que están leyendo estos les pedimos que, así como nos cuidamos todo este tiempo, lo sigamos haciendo para evitar más enfermos, más muertos y menos miedo.
Aprendimos que hay gente que solo piensa en si mismo y se llevaba todo, como lavandina, alcohol en gel, papel higiénico en paquetes de 60 rollos, y todo lo que sirviera para desinfectar, aun sigo sin entender lo del papel higiénico.
El agradecimiento eterno al personal de salud de la provincia que es donde nos toca vivir, por el trabajo, por el coraje y por la vocación de servicio demostrada en todo este tiempo. Gracias.
No sabemos lo que nos deparen los tiempos por venir, pero de esto que hemos pasado, hemos debido aprender que ya nada será lo mismo, nada será igual, nada volverá a ser como antes. Solo esperamos que termine y poder volver a respirar sin un barbijo de por medio.
