«Es un quiebre, una ruptura absoluta de un acuerdo que en su momento fue muy criticado pero que ahora nos sirve como herramienta de negociación», señaló Martínez.
Sin embargo, la empresa aduce (igual que Brighstar) que no se trata de cesantías sino de la convocatoria a retiros voluntarios, y de la finalización de contratos que no serán renovados.
La firma tiene 700 trabajadores permanentes y 135 contratados, y su pretensión es «reducir 300 obreros permanentes y no renovar los 135 contratos», precisaron desde la UOM.
«Ya hubo asambleas de delegados dentro de la planta. Es una realidad muy difícil para el sector. La posición es firme: rechazar cualquier despido y las suspensiones si no garantizan el 100% del salario», dijo Martínez.
También agregó que «el plan» de las empresas es «despedir a 1.500 personas entre Río Grande y Ushuaia en los próximos meses», y que por ello mantendrán reuniones en Buenos Aires con el secretariado nacional de la UOM para intentar «resistir esta avanzada».
Cuando la firma Brighstar, fabricante de celulares para las marcas Samsung y LG, anunció la semana pasada la posibilidad de despidos y de una reducción de la jornada laboral, el presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) Federico Hellemeyer, salió a aclarar que los retiros voluntarios «no pueden ser considerados como cesantías ni violan el acuerdo de 2017».
«Son decisiones antipáticas pensadas para pasar este momento hasta que se recupere el vigor de la producción», declaró Hellemeyer, y negó que la intención de los empresarios sea propiciar el cierre de las fábricas electrónicas en Tierra del Fuego.
Fuente: ámbito.com