De esta forma, la inflación acumula 43,9% en once meses y alcanzó una variación interanual de 48,5%. Si bien el Nivel General de precios marca una importante alza, no todos los precios subieron lo mismo. Por lo tanto, es relevante analizar la dinámica desagregada en pos de comprender su impacto sobre el resto de las variables macroeconómicas.
¿Cómo fue el movimiento de precios relativos?
Las variables nominales de la economía argentina fueron afectadas durante 2018 por un salto cambiario de más del 100%. Considerando la importancia del dólar en la formación de precios, la fuerte depreciación sufrida aceleró el proceso inflacionario. Este driver provocó que los precios de los bienes y servicios transables (que se comercian internacionalmente) crecieran por encima del resto, puesto que dependen sensiblemente del tipo de cambio. Dado que la mayoría de los bienes relevados en el IPC se comercializan internacionalmente mientras que la mayoría de los servicios no son transables. Es por ello, que en los primeros once meses del año los bienes aumentaron 10 p.p. más que los servicios: mientras que los primeros acumularon una suba de 47,7%, los servicios treparon 37,7%. Esta brecha es aún más marcada si tomamos en cuenta la suba de precios de los bienes vs. los servicios privados (mayormente no transables). Según el IPC GBA Ecolatina, la suba de precios acumulada en lo que va del año alcanza 47% para los bienes y 27% para los servicios privados. Por último, en un contexto de ajuste fiscal y elevada proporción de costos dolarizados en la provisión de luz, gas, agua y transporte público, no sorprende que el precio de los servicios públicos hayan trepado más que los bienes.
Por su parte, los precios de alimentos y bebidas escalaron 48,6% en los primeros once meses de 2018, superando ampliamente a la evolución del Nivel General y, por lo tanto, encareciéndose en términos relativos. Este rubro, que afecta principalmente a los sectores de menos recursos, lleva siete meses consecutivos de alza por encima del Nivel General. Si a esto le sumamos que los ingresos de las familias (salarios, changas y planes sociales) treparon mucho menos que la línea de indigencia (CBA) y pobreza (CBT), se entiende porque empeoraron los indicadores socio-económicos.