El acuerdo al que llegó el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en una reunión con representantes de YPF, Shell y Pan American Energy, llega en momentos en que la nación austral espera una definición de la justicia sobre aumentos de tarifas energéticas.
A partir de agosto, el precio del barril de petróleo que se paga a las empresas que producen localmente, que se encuentra por encima del precio internacional, se irá reduciendo paulatinamente, lo que ayudará a que las refinadoras puedan mantener estables los precios de los combustibles.
Con el fin de proteger la actividad y evitar despidos a raíz del desplome del precio internacional del petróleo, el Gobierno dispuso que las refinadoras paguen el barril a entre 55 y 67 dólares, muy por encima del valor internacional.
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