Complicaciones que no se valoran

Por Rodolfo Cavagnaro – Especial para Los Andes La argentina tiene una mezcla de temas políticos que impactan en la economía, que no permiten apreciar en su justa dimensión los datos que van surgiendo del desempeño diario de la actividad y sus implicancias.

El 2012 comenzó con una tendencia claramente declinante en el nivel de actividad. En su afán de dibujar los números de la economía, el Indec traslada las falsas mediciones al resto de los indicadores. Esto hace que la mayoría de los analistas y las empresas deban recurrir a mediciones privadas, que tampoco son exactas, pero están mucho más cerca de la realidad.

Los datos de FIEL acerca del comportamiento de la actividad industrial, por ejemplo, muestran que el primer trimestre habría registrado una retracción del 0,9%. Este indicador se ve amortiguado por el crecimiento del sector automotriz. Si no se considera este rubro, el resto de las actividades industriales muestra un comportamiento negativo, comparado con el mismo período de 2011.

Otro indicador de consumo muy utilizado es el índice de compra en shoppings o centros comerciales. Este termómetro arrojó para marzo un crecimiento a valores actualizados del 3%. Pero lo sorprendente es que dicha suba se centralizó en patios de comida, quioscos y librerías, lo que significa que las ventas tradicionales de indumentaria, calzado y electrodomésticos, tuvieron una retracción.

Importaciones y controles

Las trabas a las importaciones, si bien dejaron un saldo comercial de más de 1.000 millones de dólares, generaron inconvenientes en el sector de la producción industrial, mientras hicieron desaparecer productos del mercado que no tienen remplazo en la producción local.

Es el caso que se registra en la industria de la electrónica, radicada en Tierra del Fuego, que ha debido suspender a 10.000 operarios en los últimos 60 días.

Pero, además, se vienen registrando problemas de abastecimiento de varios productos alimenticios de primera necesidad, como yerba, azúcar o harina, mientras la carne, con precios máximos, está a niveles récord y los combustibles, con el valor del crudo a la mitad de su precio internacional se venden casi al mismo costo que en países vecinos que dependen del petróleo importado.

Los controles de precio han fracasado siempre en la historia de la humanidad pero los burócratas controladores siempre insisten suponiendo que los que fracasaron sólo pueden explicarlo porque no lo hicieron bien. Se trata de voluntarismo puro.

Un caso claro es el del valor del dólar. El gobierno, que durante mucho tiempo hizo un esfuerzo monetario por mantener el peso muy devaluado, hoy hace esfuerzos para mantenerlo sobrevaluado. A pesar de todos los controles y restricciones, el valor del dólar paralelo (blue), ayer escalaba por encima de 5,14, a pesar de que los precios de las materias nos favorecen.

Es que la soja está marcando precios que no se registraban desde 2008, lo que asegura que, pese a la merma generada por la sequía, el ingreso de divisas por exportaciones será tan bueno, que algunos ya hablan del “blindaje de la soja”.

En el medio, se vuelve a colar la crisis internacional. La posible rebaja de la deuda de Holanda trae la novedad de que uno de los países ejemplares también está en problemas, mientras en Francia el posible triunfo del candidato socialista en la segunda vuelta vuelve a poner dudas sobre el futuro del euro.

Mientras perdemos tiempo con algunos temas que el gobierno pone en escena, los resultados de la economía vuelven a marcar una tendencia de la que parece que el mismo gobierno no quiere enterarse.

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