Luego de decolar, voló sobre la Isla Decepción, en el sector Antártico Argentino en lo que fue el primer vuelo a ese continente. El cabo principal aeronáutico Erik Bolmquist era el mecánico a bordo de ese avión de la Armada que acompañó en ese histórico vuelo al teniente de navío Eduardo Lanusse.
En ese tiempo también se abrieron las rutas de transporte a la Patagonia, llegando a la Isla Grande de Tierra del Fuego con líneas regulares de sostén logístico con aviones Curtis Cóndor y de esta manera queda inaugurada la presencia efectiva de las alas navales en la Patagonia y en la Antártida.
Diez años más tarde
Otro 7 de febrero, pero de 1952 se registra el primer vuelo argentino y mundial uniendo el continente americano y la Antártida. Dos aviones navales anfibios, los PBY- 5A Catalina, bajo el comando del capitán de fragata Pedro Iraolagoitía y piloteados por el capitán de corbeta Edgardo Andrew y el teniente de navío Guillermo Campbell, que habían partido desde la Base Aeronaval de Río Grande (Tierra del Fuego), cruzan en vuelo el Canal Drake y amerizan en las aguas de la Isla Decepción. Transportaban correspondencia y fue así como establecieron el primer correo aéreo entre la Argentina Continental y la Antártida.
A partir de estos trascendentes acontecimientos, se sucedieron las campañas antárticas que efectuaron los relevamientos necesarios para el subsiguiente establecimiento de las Bases.
También un 7 de Febrero, pero de 1964, se creaba la Escuadra Aeronaval Nº 4, compuesta inicialmente por la Escuadrilla Aeronaval de Búsqueda y Salvamento, la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Propósitos Generales (PROPOGEN) y la Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros. (Luis Piñeiro, corresponsal en Argentina)