Según el INDEC la inflación de noviembre en Tierra del Fuego duplico a la de Capital Federal. En lo que va del año en Ushuaia alcanza el 21,3%. A nivel nacional, “Alimentos y Bebidas es el rubro con mayor incidencia dentro del índice de precios al consumidor (IPC) con 37,9 %, siendo el ítem carnes el más relevante. En noviembre subió 1,9 y con respecto al mismo mes en 2009, acumula un aumento de 37,3 por ciento. Allí se incluye no sólo la carne vacuna sino también aves, pescados y mariscos, fiambres y embutidos.”
Estos datos por mas elevados que sean difieren de la realidad local, vemos como por ejemplo el pollo fraccionado comprado en supermercados La Anónima aumenta en menos de un mes mas del 40% (supera lo medido por el INDEC a nivel nacional 37% para lo que va del año). Nos vemos obligados a separarnos de las cifras frías del INDEC para analizar la suba indiscriminada de precios que aquí se ven como mínimo duplicadas.
Según el informe presentado por Supermercados La Anónima ante sus accionistas este año lleva facturado casi 5 mil millones de pesos en todo el país, con una utilidad superior al 30%, casi 1500 millones. Se constituye así en el mayor proveedor de alimentos de la patagónia. Posee planes de expansión por toda la región y destina mucho dinero para asegurarse como líder, en este informe destaca también la calidad de sus productos y agradece a sus empleados el esfuerzo realizado para posicionar la empresa.
Hasta ahí todos compramos la imagen de almacén de barrio que se hizo grande y nos sentimos orgullosos de eso.
Supermercados La Anónima con sus 5 sucursales en la ciudad no es solo el mayor proveedor de alimentos, sino que también es el formador de precios más importante, los pequeños almacenes se abastecen ahí. Constituye sin dudas un monopolio en toda la región pero particularmente en Ushuaia. Se destaca por absorber el máximo posible del poder adquisitivo que tienen los trabajadores. Constituye un claro monopolio discriminador de precios poniendo diferentes precios según las características de la zona geográfica donde se ubica, vemos por ejemplo como a igual producto diferentes precios en las distintas sucursales de nuestra ciudad, practica especulativa y desleal que tiende a sacar lo máximo que el comprador esta dispuesto a pagar.
Aquí es donde se revela lo trágico de su política de remarcación de precios, que incluso afecta a sus propios empleados, es evidente que cuando cierra el denominado “personal” (parte del sueldo de los trabajadores que están obligados a gastar en el propio supermercado) los precios aumentan. De adentro hacia fuera, esta política se acentúa, y vemos como cuando se firman convenios colectivos de trabajo, que aumentan los salarios de los diferentes gremios, los precios aumentan, o cuando se acercan las fechas de cobro, o cuando se acercan las fiestas, o cuando se acerca el aguinaldo, etc. Los precios siempre siguen la misma tendencia especulativa.
Esta claro que estas prácticas no constituyen delitos pero si producen graves daños sociales generando mayor pobreza, mayor indigencia, anulan la capacidad de ahorro y generan pérdida del poder adquisitivo.
Es indudable que mientras el estado este ausente el empresario va a hacer la vista gorda, es muy difícil pensar que apelando a su bondad cuidara que en la cuidad existan precios justos, atados a sus proveedores o a una ganancia fija y sin especulaciones. Mientras el estado y la sociedad se lo permitan van a seguir ejerciendo su condición de monopolio.
El estado debe aparecer para corregir actitudes empresariales abusivas. Con el solo acuerdo de precios no alcanza, año tras año se han firmado sin mayor efectividad. El problema es mas coyuntural, y debe tener un debate mas profundo que el de fijar una canasta de precios que después no se respeta.
No es menor el rol que deben asumir los sindicatos y Organizaciones Sociales si no quieren seguir siendo testigos de la licuación de los salarios de los trabajadores en las góndolas. Debemos tomar iniciativas para exigir al estado mayor presencia regulatoria. Debemos pedir una ley anti-monopolios, el pleno funcionamiento de concejo económico y social, o más aún la creación de un mercado concentrador de alimentos. En lo inmediato se debe impedir la instalación de nuevas sucursales a las cadenas de supermercados ya instalados.
En fin propuestas hay muchas, lo primero es empezar a debatir, que ya seria un enorme avance.
Sebastian Iriarte
APDH – Ushuaia
Asamblea Permanente Por Los Derechos Humanos