Delamata consideró que “ya existe un después en Tierra del Fuego con la aprobación de esa ley, porque cuando decíamos que íbamos a sustituir importaciones parecía que todo iba a terminar en una ley que era bastante difícil llevar adelante. Sin embargo, la ley se sancionó porque las cosas se hicieron como debían hacerse” celebró.
“Gracias a ese trabajo, hoy ya existe una sustitución de seis millones de productos solamente en teléfonos celulares” aseguró el funcionario, además de “alrededor de un millón de monitores, de una cantidad más que considerable en lo que tiene que ver con cámaras fotográficas y de distintos productos que hasta ayer parecían difíciles de llevar adelante”.
En ese sentido, el Secretario de Promoción Económica y Fiscal aseguró que actualmente “el sector importador ya está teniendo más respeto hacia nuestra industria, porque recibimos cada vez más solicitudes de nuevos procesos y nuevos proyectos para instalarse en Tierra del Fuego”, anticipando que “la próxima gran lucha serán las notebooks y netbooks”.
“Mientras algunos sostienen que la ley vino a sumar, en realidad lo que vino a hacer es a tratar de recuperar un Régimen de Promoción que se estaba cayendo a pedazos porque dependía de tres productos. Hoy, con un portafolio mayor, la ley tiene un porvenir y la Ministra Débora Giorgi dijo algo en su visita que es la gran esperanza del régimen: debemos trabajar por un régimen que eche raíces y que crezca a partir de las empresas del plástico; de la metalúrgica, es decir, lo que en 20 años no se ha podido hacer. Soy respetuoso de lo que no se ha podido hacer porque deben haber existido motivos para que no se haga, pero ahora estamos hablando de un volumen de producción diferente y eso hace que tal vez ahora las cosas son más posibles”, enfatizó.
Para Delamata, resulta “imprescindible que todos los sectores entiendan que si no apostamos a este tipo de empresas satélites, el Régimen es cada vez más endeble y en 2023 vamos a tener que caer nuevamente en la situación de mendigar una voluntad política”, aventurando que “si el Régimen pasa de tener 7 u 8 mil personas empleadas a 13 o 14 mil a partir de industrias satélites que tengan que ver con una complementación de otros procesos, el régimen comienza a ser sustentable por sí mismo porque no entiendo quién, en el 2023, va a tener la fortaleza de barrer con 23 mil puestos de trabajo en una población de 150 mil”.
“Eso da como resultado que el Régimen sea auto sostenible, y lo hace totalmente independiente de la política, porque más allá de ser una cuestión de Estado pasa a ser una realidad económica y las realidades económicas son insoslayables”, concluyó.