El compositor argentino Gustavo Santaolalla ganó el premio Oscar por segundo año consecutivo

Ganó la estatuilla en la categoría «Mejor música original». Dedicó la distinción a la Argentina y a su familia, especialmente a su padre. Francis Ford Coppola ya le propuso componer la música de su nuevo filme. El compositor argentino Gustavo Santaolalla ganó su segundo premio Oscar.

El compositor y productor argentino Gustavo Santaolalla, ganó anoche su segundo Oscar consecutivo y su ascendente carrera ya atrajo la atención hasta del realizador Francis Ford Coppola, que le propuso componer la banda sonora de su nuevo filme.

Al recibir la estatuilla, Santaolalla dedicó al premio a la Argentina y a su familia, especialmente a su padre.

El secreto de este vertiginoso éxito del «ex hippie», que vivió en una comunidad volcada a lo místico en la década de 1960 integrando el grupo de rock «Arco Iris», tal vez obedezca al hecho de que desborda los diques tradicionales que encauzan la música para el cine y abre nuevos caminos.

Ya lo demostró el año pasado, en «Brokeback Mountain», que le valió el primer Oscar de la Academia de Hollywood y consolidó su carrera como compositor y productor.

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Esta vez volvió por la codiciada estatuilla con la banda sonora de » Babel», la película del mexicano Alejandro González Iñárritu, que tenía siete nominaciones.

Esta vez, Santaolalla compuso la banda central con sonidos étnicos, instrumentos tradicionales y todo tipo de influencias y, entre composiciones propias y pistas musicales, unió universos visuales que completa con canciones que fueron inspiradas por la película, dijo DPA.

Esta nueva nominación tuvo algunas aristas conflictivas porque se le cuestionó a Santaolalla haber incluido en la película el tema «Iguazú», que está en un disco anterior.

Pero el artista argentino explicó a la Academia que este tema, como el resto de temas no originales, no forman parte de la banda sonora original nominada. Luego se quejó de que, nuevamente, igual que el año pasado, haya quienes se empeñen en descalificar su trabajo.

Santaolalla asegura que no compone pensando en premios, pero que son «bien recibidos» porque significan un reconocimiento a su trabajo, que ya lleva 40 años, aunque recién en los últimos 25 años empezó a levantar vuelo hasta llegar al lugar en el que se encuentra actualmente.

«El hecho de estar nominado ya es un premio», ha dicho el argentino que reside en Los Angeles, pero que mantiene y defiende su identidad latina, como para que la revista «Time» lo considerara, hace poco, uno de los 25 latinos más influyentes de los Estados Unidos.

En 1982, en algunas de las composiciones del disco «Santaolalla», que para algunos especialistas marcó el inicio el rock moderno en la Argentina, el renombrado artista contaba por dónde iba, sin preocuparse demasiado a dónde llegaría. Y cuestionaba su pasado «hippie»: «De la tierra prometida solo me quedan heridas».

En el tema «Si me llaman por teléfono no estoy» pregonaba: «Se quemaron mis libros y con ellos, la historia; ya no quiero ni alas ni rebaños ni gloria; si alguien tiene que volar, que sea el ave; si alguien tiene que guiar, que sea el sol; si me llaman por teléfono, no estoy».

Sin embargo, su talento y la caja de resonancia que significa Hollywood, han servido para hacerlo volar tal vez mucho más lejos de lo que se esperaba en aquellos tiempos.

Además de dos premios Oscar, acumula diez premios Grammy como productor de algunos de los grandes del rock latino como Molotov, Café Tacuba, Juanes, Bersuit Vergarabat y Julieta Venegas, entre otros.

También lidera «Bajofondo», una banda con su sello inconfundible, que en marzo presentará su nuevo disco titulado «Mar Dulce» cuyo primer single «Pa’ Bailar», combina un beat de rock con el estilo del tanguero Juan D’Arienzo y que cuenta con la participación del bandoneonista japonés Ryota Komatsu.

El mismo Santaolalla puso su voz a uno de los temas del álbum, que se grabó en Buenos Aires; Nueva York, Los Angeles, Tokyo, Montevideo y Madrid.

Con la banda «Arco Iris», una mezcla de rock folklórico, grabó en total once discos, entre 1969 y 1988. También fue el creador, entre otros grupos, de Soluna y de Wet Pic Nic, éste último un grupo de new wave que tocaba en pubs de Los Angeles.

Entre 1984 y 1986 fue productor del proyecto de León Gieco «De Ushuaia a La Quiaca», los puntos más extremos del sur y norte de Argentina, que los artistas recorrieron, de punta a punta, para recoger ritmos y canciones locales.

Gustavo Santaolalla, apodado «El Gurú», se ha convertido, en los últimos años, en uno de los productores más importantes del rock latinoamericano y ahora abre nuevos surcos en la meca del cine.

Fuente: Télam

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