Rio Grande- Una vez mas la vida de un paciente depende de un avión. Hace más de un mes hicimos un informe en esta página sobre la necesidad imperiosa de contar en el sistema de salud provincial con una sala de hemodinamia particularmente en esta ciudad donde según los especialistas, se infartan de 2 a cuatro personas semanalmente.
En aquel momento el Dr. Alejandro Guidalevich informo a este portal que esos números no eran reales y redujo la vida a una simple cuestión de números. Es decir que un equipo de un costo no mayor a los 25 mil dólares, no se justificaba si se infartaba siquiera una persona.
Hoy la situación se complico una vez mas cuando un vecino, sufrió un primer infarto y se lo traslado a Ushuaia, pero el único equipo de estas características que se encuentra en la Clínica San Jorge no funciono por lo que el paciente tuvo un nuevo infarto esta vez a las 11 de la mañana y debió ser sometido a todo el proceso de una derivación a la Ciudad de Buenos Aires.
El equipo de hemodinamia que se necesita para salvar la vida de muchas de las personas que se infartan se utiliza para hacer cateterismos o angioplastias, que pueden salvar la vida estando aquí y no a 240 kilómetros como ahora.
Guidalevich manifestó en aquella oportunidad que si se justificaba la provincia podría concretar la instalación de una sala de hemodinamia en Rio Grande, teniendo en cuenta la cantidad de habitantes y los informes que ya le habían acercado los doctores Montes y Filipa, ambos del equipo de terapia intensiva del nosocomio local.
Esperemos que en el caso de este paciente y de los sufran esta patología cuentan con la ayuda divina, porque de lo contrario su salud pasa a depender de un avión, cuyo costo de alquiler por una derivación es de casi 30.000 pesos.
La vida por una sala de hemodinamia
Una vez mas insistimos ante quien corresponda para que el hospital de nuestra ciudad cuente con una sala de hemodinamia porque hoy se registro un hecho que pone en peligro la vida de un paciente, ya que el único equipo de esas características que se encuentra instalado en la Clínica Privada San Jorge no funciono y un infartado debió ser derivado a Buenos Aires.
