Con un crecimiento del 26% en 2005, la Argentina viene avanzando como gran productor de alimentos congelados. El año último, se exportaron papas prefritas por US$ 165 millones; hamburguesas y otros preparados de carne vacuna, por US$ 164 millones; hortalizas y frutas, por US$ 21,6 millones, y panificados precocidos por US$ 17 millones, por citar algunos casos. Después de la última crisis económica, y sobre la base de la excelente calidad y competitividad de sus alimentos, nuestro país logró convertirse en uno de los principales proveedores del Cono Sur y crece en los mayores mercados: Europa y los Estados Unidos. Así como en tiempos pasados la Argentina supo ser el granero del mundo, ahora –entrado el siglo XXI– aparece con buenas perspectivas de convertirse en su freezer. Es que el habitante promedio del mundo desarrollado consume anualmente 25 kilos de alimentos congelados per cápita. De allí que las góndolas dedicadas a este segmento ganen espacio en las grandes superficies comerciales.Lejos de los commodities, se trata de productos alimenticios con un alto grado de elaboración en los que la calidad es un valor distintivo (tienen una mayor vida útil, rinden más y requieren un menor tiempo de preparación al estar listos para cocinar). Por eso, en cada uno de los rubros mencionados, la Argentina tiene muy buenas armas para disputar un lugar preponderante. De hecho, según un informe de la consultora Claves Información Competitiva nuestro país ya exporta el 43% de su producción de supercongelados. Entre los principales mercados figuran Brasil, Chile y Estados Unidos; pero también se registran envíos a numerosos países de América del Sur, Europa y algunos puntos de Asia.
Argentina, el freezer del mundo
Nuestro país se consolida como proveedor de productos congelados con alto grado de elaboración. Papas prefritas, hamburguesas y vegetales lideran las exportaciones
