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“Es insoportable, nos tienen podridos con esa carita de santitos, siempre denunciando, siempre del lado de la ley, siempre con las manitos limpias, siempre intachables, incorruptibles, me tienen podrido”, disparo el candidato después de enterarse que había perdido por menos de 50 votos.
Y si la honestidad molesta y les molesta mas a aquellos que saben que actúan mal, que saben que tienen la cola sucia, a los que por mas que denuncien y denuncien saben que están en las lista de los denunciados, a los que denuncian contubernios y siempre vivieron del contubernio, la honestidad los asusta, los molesta, no los deja dormir aunque digan lo contrario.
Los deshonestos saben que nunca formaran parte del pequeño grupo de los que no tienen nada que ocultar, de aquellos que caminan con la frente alta por cualquier calle del mundo.
Los deshonestos saben que no pueden sentarse tranquilos en cualquier café, ni ir al cine sin esperar que alguien les conozca el pasado.
Ellos saben que en cualquier momento y en cualquier lugar delante de sus hijos alguien les hará saber que son corruptos.
Algún día alguien se levantara con ganas de decir verdades y se sabrá que sus bienes no son bien habidos.
Si la honestidad molesta, porque las comparaciones son odiosas, uno es sospechado y el otros transparente, uno es un delincuente y el otro un vecino respetable, uno es un trucho y el otro no tiene nada que esconder.
La honestidad molesta cuando en un mismo lugar a uno solo le llegan muestras de afecto y respeto y al otro el desprecio y juicio social.
Y aquí se esta dando cada vez con mayor asiduidad esta diferencia y es bueno que así sea, porque las caras de quienes deben dar explicaciones son cada vez mas conocidas, porque el pasado vuelve cada vez con mas fuerza y de a poco empieza a demostrar que no hay lugar para aquellos que ya no pueden salir de sus casa construidas a expensas del sacrificio de los otros.
Cada día causa mas asco la ostentación de los enriquecidos gracias a negociados, y cada vez somos mas lo que sábenos quienes son.
La honestidad molesta porque un corrupto nunca podrá pararse al lado de un honesto, porque sentirá vergüenza, porque aunque lo niegue sabe que es corrupto, y sentirá sobre el todas las miradas de aquellos a los que perjudico, e incluso la de sus hijos que tarde o temprano también se verán perjudicados. Entonces deberá cambiarlos de colegio, y deberá escuchar cada tarde cuando regresen a su casa que sus compañeritos le gritaron “ese el hijo del ladrón, el corrupto o el delincuente”.
La honestidad molesta porque mas tarde o mas temprano, las esposas, hijos, hermanos, madres, pedirán explicaciones, querrán saber como.
La honestidad molesta porque los amigos preguntaran como?, y algunos se alejaran, otros no querrán compartir la mesa con el corrupto, por el miedo a la mancha y porque aunque lenta la justicia siempre llega y ellos, los corruptos, viven esperándola, escondiéndose, pero llega, siempre llega.
La honestidad molesta porque aunque se autocalifiquen de vivos, rápidos, picantes, despiertos, ajíes, saben que por sobre todas las cosas son corruptos, infames, deliencuetes, rateros, y saben que quienes los rodean ya les han puesto el cartel en la frente.
La honestidad molesta porque para los corruptos el rumor es el peor enemigo, ellos saben que a cada lugar que entran los señalan con el dedo, saben que los insultan por lo bajo y saben que el insulto es también para la descendencia.
La honestidad molesta porque en esta provincia, muchos que se dicen honestos deben salir a explicar todos y cada uno de sus actos todos los días.
Ustedes y yo los conocemos y en cada lugar donde los encontramos pensamos lo mismo, no quisiera tener que explicarles a mis hijos lo que vos tendrás que explicar algún dia.
Armando Cabral
251005