Para que se entienda porque no hay que discutir con fanáticos
Sab 05/01/13 13:45 hs.-Generalmente he dicho que amo el apasionamiento pero detesto el fanatismo, cualquiera sea este. Es imposible siquiera intentar hablar con un fanático, no entiende razones pero además no le importa, ya sea en lo político, religioso o deportivo.
En el caso de los fanáticos políticos es doblemente peligroso porque defienden cosas indefendibles justifican todo, tienen excusas para todo, pero además votan basados en ese fanatismo que los convierte en mezquinos a la hora de elegir, solo pensando en su propio bienestar, rechazan cualquier aporte o idea, desprecian a quienes piensan distinto, los subestiman o degradan, cuando no los provocan o agreden de manera desembozada. Aquí un intento por entenderlos.