“Las penas son de nosotros, la nafta es ajena”, parecen decir los expendedores de combustibles quienes pese a la estatización de YPF, la petrolera líder del mercado, no han conseguido recuperar la rentabilidad perdida durante la larga administración de Repsol.
Aunque el precio de los combustibles líquidos viene recuperándose, y por lo tanto la comisión de los estacioneros también aumenta en términos nominales, los problemas financieros están lejos de terminarse por la continua presión de los costos, en particular aquellos vinculados con los salarios.
Según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (Cecha), el año pasado unos 183 empresarios dejaron el negocio de la venta, de ellos 19 serían de Córdoba.
Esa cantidad involucra a todas las marcas existentes en el mercado y equivale casi al cuatro por ciento de la totalidad de las bocas de expendio que de acuerdo con cifras oficiales suman 4.896 en el territorio argentino.
Cecha elaboró un ranking de las provincias con más cantidad de cierres. Lo encabeza Buenos Aires con 51, le sigue Mendoza con el 31 y detrás vienen Córdoba (19), Entre Ríos (18) y San Juan (13).
Pocos cambios. “El problema de rentabilidad es concreto. Como por su potencial en el mercado YPF (1.500 estaciones) tiene estandarizadas las relaciones comerciales, la situación es muy parecida en todo el país”, comentó Raúl Castellano, secretario de la Federación de Expendedores de Combustibles de Córdoba (Fecac).
El dirigente reiteró que el sector vio con beneplácito la estatización de YPF, pero remarcó que las políticas comerciales de Repsol no han variado. “Se estatizaron las acciones, pero el asfixiante esquema de comercialización para los expendedores no varió”, dijo.
Para ellos, la suba de los combustibles tampoco mejoró la rentabilidad. De hecho, durante 2012 la nafta súper y el gasoil aumentaron el 33 por ciento, en tanto que los productos premios lo hicieron el 22 por ciento. Sin embargo, aunque la comisión va atada al precio, el sector continuó achicándose.
Guillermo Borelli, secretario adjunto del Sindicato Petrolero de Córdoba no cree en ese lamento. “Los expendedores se quedan con el 14 por ciento de comisión por la venta y aquellos que venden menos de 200 mil litros tienen una ayuda de YPF”, recalcó. “Si no fuera negocio tener estaciones de servicio, no habría en Córdoba empresarios con seis o siete”, enfatizó el gremialista.
No obstante, reconoció que la estatización de YPF no modificó nada en la superficie de los playones, “salvo el abastecimiento”, entendió Borelli, cuyo gremio también apoyó aquella decisión del Gobierno.
Para Castellano “es difícil” que YPF vaya a torcer en el futuro su política comercial por la compleja situación financiera de la compañía que la obligó a salir a buscar socios privados para proyectos de exploración y explotación.
“Existe una clara puja de intereses entre los expendedores y la petrolera, si le concede un margen mayor a las estaciones de servicio, bajan sus ganancias”, dijo.
Y ejemplificó. Si YPF otorgará vía un ajuste del margen una recomposición insignificante de 10 mil pesos por mes a sus 1.500 estaciones, resignaría 15 millones de pesos. ¿Para qué hacerlo si se los puede quedar la propia petrolera?.
Fuente:lavoz.com.ar
