Miguel Galuccio , CEO de la petrolera, mostró en conversaciones reservadas malestar hacia Julio De Vido, ministro de Planificación y funcionario a quien la presidenta Cristina Kirchner le encargó el trato con inversores. Las divergencias, que no se solucionaron y son crecientes, llevaron ya al ejecutivo a amagar en dos oportunidades con la renuncia . Voceros de YPF niegan todo. Pero varios interlocutores de contacto frecuente con la Casa Rosada y con el ex líder de Schlumberger acreditan que la situación se precipitó con la unción de De Vido como convocante de inversores, un estatus que Galuccio, hombre habituado a tratar con corporaciones de todo el mundo, no parece dispuesto a aceptar. Las diferencias no indican que el ingeniero esté todavía dispuesto a dejar el cargo. Galuccio vive en el hotel Sofitel, pero se mudará en diez días para instalarse en su nueva casa. Y aunque dejó a un hijo adolescente en Londres, anotó a una más pequeña en un colegio argentino. «Está muy entusiasmado, trabajando en el plan de los 100 días», dijeron a La Nación en la compañía. En todo caso, habrá que tomar estos desacuerdos como anticipo de la convivencia que le aguarda ante quienes prefieren manejarse con cánones políticos. No es casual, por ejemplo, que desde las áreas técnicas se esté admitiendo que la aplicación de aumentos de los combustibles en los surtidores, la semana pasada, haya tenido en rigor un retraso de casi dos meses desde que se pensó.
Fuente:inversor, energético y minero.
