Tierra del fuego en la cima del gasto publico con el 63 %

Un trabajo de la consultora LCG, que dirige el ex ministro Martín Lousteau, revela el fuerte peso de los salarios en el gasto de las provincias: para la mayoría, arriba del 50 % . El pico es el 63 % de Tierra del Fuego, aunque en Buenos Aires, Santa Fe y otras ya ronda el 60 %. Y cada punto de aumento representa $ 1.900 millones en el conjunto. No es casual, así, que todos los ministros de Economía tengan puesta la lupa en la paritaria docente nacional . El Gobierno pretende imponer 18 % y los gremios replican con un pedido del 25 %. En medio del forcejeo, asoma el riesgo de un conflicto y la demora en el comienzo de las clases.

Antes, los gobernadores con apuros financieros iban directo a Kirchner. Y si Néstor validaba, asunto resuelto: un telefonazo al secretario de Hacienda y la plata estaba disponible .

Desde luego, no todos tenían suerte, ni los favorecidos se llevaban lo que pedían, pues ese era un modo de mantenerlos bajo control. Aun así, siempre mediaba una contraprestación política: el sistema donde caja y acumulación de poder se tocan.

Lo mismo pasaba con caminos, viviendas, escuelas u otras necesidades similares. Sólo que en este caso el teléfono sonaba en el despacho del secretario de Obras Públicas, sin pasar por el de su jefe, Julio De Vido.

Ni bueno, ni malo, con Cristina Kirchner el estilo ha variado . Según dicen mandatarios del interior, son contados los funcionarios del Gobierno nacional que atienden sus llamadas y, encima, sin ninguna capacidad de decisión.

Cuesta imaginar a Amado Boudou en una función así de relevante, cuando algunos penan porque la Presidenta desconoce acuerdos de palabra hechos con Néstor. Sólo admite los que ella anuda, y son escasos.

Más que la negociación, su manera de hacer política roza la imposición y es usual el avance sobre espacios de otros. Una prueba palpable fueron las elecciones de octubre, cuando en la Rosada digitaron candidatos a vicegobernador y armaron listas para el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales. Otra, la consigna de José Ottavis, diputado bonaerense y dirigente de peso en La Cámpora: “Para nosotros, la sintonía fina son los territorios ”.

Eso no significa que haya desaparecido el reparto en más de un sentido arbitrario de fondos públicos. Tampoco, un empleo de herramientas dosificado y funcional al control político .

El punto es que, además, 2012 estará cruzado por una combinación complicada. De un lado, la vulnerabilidad fiscal de las provincias reforzará su dependencia de la caja central y, por lo mismo, serán recurrentes las situaciones de estrés.

En el otro, aparecen los propios apremios financieros del Gobierno nacional, que se expresan en el apuro por eliminar cuanto subsidio haya a tiro. La discrecionalidad seguirá en pie, pero existirá menos plata para distribuir .

A fines del año pasado, más de un gobernador debió diferir el pago de los sueldos de diciembre y del medio aguinaldo. Todo un anticipo del futuro.

Un trabajo de la consultora LCG, que dirige el ex ministro Martín Lousteau, revela el fuerte peso de los salarios en el gasto de las provincias: para la mayoría, arriba del 50 % . El pico es el 63 % de Tierra del Fuego, aunque en Buenos Aires, Santa Fe y otras ya ronda el 60 %. Y cada punto de aumento representa $ 1.900 millones en el conjunto.

No es casual, así, que todos los ministros de Economía tengan puesta la lupa en la paritaria docente nacional . El Gobierno pretende imponer 18 % y los gremios replican con un pedido del 25 %. En medio del forcejeo, asoma el riesgo de un conflicto y la demora en el comienzo de las clases.

Como pasa siempre, el incremento a los maestros es un caso testigo . Porque puede desparramarse al resto del sector público: desde la administración y la policía hasta los empleados de la sanidad y los municipales.

El año ya viene acompañado por una desaceleración de la actividad económica que tiende a acentuarse.

Y las provincias la sufrirán por partida doble .

Se resentiría la recaudación de IVA y Ganancias, dos piezas centrales de la coparticipación tributaria. También pegaría en Ingresos Brutos, de lejos la mayor fuente de recursos propios. Paradójicamente, las ayudaría, a ellas y a la Nación, que el viento inflacionario no amainara, pues alimenta a los tres gravámenes.

A su manera, algunos gobernadores han copiado el ajuste del gobierno central. Buenos Aires, la Ciudad Autonóma, Córdoba y Mendoza, entre otras, subieron la presión impositiva. Pero no alcanzará: están en trámite nuevas colocaciones de deuda y habrá, seguro, demoras en los pagos a proveedores.

En este escenario podrían jugar un papel relevante las llamadas transferencias discrecionales, administradas al gusto de la Rosada: a unos sí y a veces mucho, a otros poco o casi nada .

El resultado del sistema emerge nítido en el trabajo de LCG. En fondos por habitante, durante la era kirchnerista Santa Cruz recibió el doble de La Rioja, la provincia que le sigue en el ranking, 15 veces más que Buenos Aires y 40 que la Ciudad Autonóma. Seguirá presente, aunque muy acotado por el desequilibrio de las cuentas nacionales.

Con mucha caja disponible y en paralelo con el modelo centralizado, este manejo de la plata del Estado creció considerablemente en tiempos del kirchnerismo.

Sin embargo, es nada comparado con los recursos que las provincias cedieron a la ANSeS o perdieron por la muy desigual distribución del impuesto al cheque. Desde 2003, la cuenta de la consultora arroja US$ 73.000 millones para la Nación contra US$ 35.000 millones de todas las provincias .

La relación despareja fue reforzada en estos años de gestión K. Y no será ahora cuando el poder político acepte avanzar hacia un reparto más equitativo.

Justo en momentos en que también le to can las vacas flacas.

Fuente:IECO Clarin.

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