Estos trabajos, centrados en el canal Beagle y la isla de los Estados, revelan cómo las sociedades cazadoras-recolectoras usaron de forma sostenible los recursos marinos. La extensa trayectoria del equipo motivó a la empresa G Adventures, en convenio con National Geographic, a invitarlos a crear propuestas para viajeros interesados en contenidos científicos.
El objetivo es acercar a visitantes de todo el mundo al pasado y presente indígena de Tierra del Fuego, integrando historia ambiental y arqueología. El desafío consistió en construir una narrativa accesible para turistas que desconocen por completo la temática.
En respuesta, el equipo diseñó un dispositivo de divulgación que incluye una serie de charlas realizadas en las instalaciones del CADIC. Allí reciben contingentes provenientes de países como Estados Unidos, Canadá, India o Reino Unido. Las exposiciones abordan arqueología, modos de vida ancestrales y transformaciones ambientales de los paisajes costeros.

Una experiencia que conecta ciencia y territorio
Cada año, cerca de quinientos turistas participan de estas actividades. Muchos llegan directamente desde el aeropuerto para comenzar un recorrido que seguirá por otros destinos de la Patagonia austral.
Durante las presentaciones, especialistas comparten resultados de investigaciones actuales y herramientas para interpretar la historia profunda de la región. La iniciativa no solo acerca conocimiento científico, sino que también incorpora el aporte de comunidades originarias.
Esto permite construir un relato más completo, que integra memorias, identidades y vínculos territoriales. Además, consolida un espacio de encuentro entre visitantes y saberes locales.
Estas acciones fortalecen la valoración del patrimonio arqueológico y fomentan un turismo más responsable. El énfasis está puesto en comprender cómo los pueblos originarios interactuaron con ecosistemas marinos durante milenios. Esa perspectiva ofrece claves para pensar la conservación ambiental en el presente.
Un antecedente que marcó el camino hacia la divulgación científica
Años atrás, el grupo llevó adelante la puesta en valor del patrimonio arqueológico del Parque Nacional Tierra del Fuego. El proyecto incluyó cartelería interpretativa, ilustraciones y cuadernillos digitales gratuitos en varios idiomas.
Su enfoque buscó transmitir la profundidad histórica de la presencia indígena y sus vínculos con el ambiente. La propuesta incorporó la participación de la Comunidad Indígena Yagán Paiakoala, que aportó una mirada propia sobre la vida cotidiana.
Ese trabajo articulado con organismos públicos y académicos se transformó en un recurso educativo de amplio alcance. Los senderos donde se instaló la cartelería reciben miles de visitantes anuales, potenciando la difusión del conocimiento generado.
La disponibilidad libre del material permitió además que escuelas, docentes y viajeros accedan a información precisa y contextualizada. Este antecedente consolidó un modelo de divulgación que hoy se replica en las charlas impulsadas por las alianzas con G Adventures y National Geographic.

El turismo científico: qué es y por qué importa
El turismo científico es una modalidad que conecta viajes con conocimiento. Implica la participación de visitantes en experiencias educativas ligadas a investigaciones, hallazgos o procesos ecológicos. A diferencia del turismo tradicional, promueve la observación guiada, el aprendizaje activo y el respeto por los entornos naturales y culturales.
Este tipo de turismo genera beneficios ambientales directos. Contribuye a divulgar información científica actualizada, reduce prácticas que dañan ecosistemas y fortalece la percepción social del valor de la naturaleza. Además, impulsa actividades de bajo impacto que suelen desarrollarse en grupos pequeños.
También aporta a la conservación del patrimonio cultural. Permite que los visitantes comprendan la historia profunda de los territorios y las formas de vida que moldearon los paisajes actuales. Esa comprensión promueve actitudes más responsables y respetuosas durante los recorridos.
Para las comunidades locales, el turismo científico puede convertirse en una herramienta de desarrollo sostenible. Genera empleo especializado, impulsa proyectos educativos y revaloriza identidades históricas que suelen quedar fuera del turismo convencional.
Fuente: noticiasambientales.com
