El comentario, que rápidamente se viralizó en redes sociales y provocó un amplio repudio, surgió mientras Cabrera recordaba el auto que pertenecía a su padre. “Todavía había un Ford Falcon en mi familia, sí, el verde aceituna que venía de fábrica”, comentó en el programa. Luego, al referirse a la efeméride del lanzamiento del modelo en el país, agregó la frase que generó indignación: “Abrías el baúl y todavía olía a justicia”.
Las críticas no se hicieron esperar, especialmente por el fuerte valor simbólico que ese vehículo tiene para la memoria colectiva: el Ford Falcon verde fue utilizado de manera sistemática por las fuerzas represivas durante la dictadura iniciada en 1976 para realizar secuestros ilegales.
Sin patente y conducidos por personal de seguridad, estos autos eran usados para capturar a militantes, estudiantes y trabajadores, quienes eran trasladados —a menudo en el baúl, encapuchados y maniatados— a centros clandestinos de detención.
La frase de Cabrera fue interpretada como una trivialización de los crímenes de lesa humanidad y provocó una ola de repudios por parte de organismos de derechos humanos, dirigentes políticos y ciudadanos que exigieron su inmediata desvinculación de todo cargo institucional.
Este episodio reavivó el debate sobre la responsabilidad de los dirigentes políticos al momento de referirse al pasado reciente del país y la necesidad de preservar la memoria y el respeto por las víctimas del terrorismo de Estado.
(InfoGEI)Ac