Barrera Sanitaria: Patagonia entre la Justicia Federal y el control provincial

Río Grande, 29/06/2025.- La flexibilización dispuesta por SENASA desató una fuerte reacción en Patagonia. Ante la desconfianza sobre los controles nacionales, Santa Cruz y Tierra del Fuego apuntan a barreras propias. Río Negro no descarta ir a la Justicia. Chubut apuesta por medidas regionales.

La resolución 460/2025 del SENASA, que autoriza el ingreso de carne con hueso plano a la Patagonia bajo estrictos protocolos, reavivó un histórico dilema regional: ¿debe la región confiar en los controles federales o implementar sus propias barreras sanitarias? Con la decisión nacional de habilitar cortes como el asado, protegidos por una cadena de frío, doble empaque y trazabilidad, se encendieron las alarmas en el sur argentino, donde se teme por el estatus de “zona libre de aftosa sin vacunación”, un activo construido durante décadas.

Reacción inmediata

Provincias como Santa Cruz ya dieron el primer paso: la Legislatura aprobó una ley que crea una barrera sanitaria provincial, siguiendo el modelo de Mendoza. Tierra del Fuego evalúa una normativa similar, con respaldo del sector ganadero. En Chubut, el gobierno no descarta que la región desplace al SENASA y asuma el control sanitario al sur del Río Colorado. Este tema será central en la reunión de gobernadores patagónicos prevista para el 4 de julio en Gobernador Costa, donde se definirá una estrategia regional conjunta con representantes del sector rural.

El malestar se hizo sentir rápidamente. Desde Río Negro, el gobierno expresó su “preocupación” y calificó la medida como “un retroceso que pone en riesgo la sanidad animal y el trabajo productivo”. Mientras tanto, abogados de entidades rurales preparan recursos legales para presentar ante el SENASA y la Justicia Federal con el objetivo de frenar la resolución que, tras 22 años, modifica el régimen sanitario de la Patagonia.

La desconfianza sobre la capacidad operativa del SENASA es un punto clave. Lucila Apolinaire, presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, fue tajante: “El organismo está diezmado, sin presupuesto ni personal para garantizar los controles”. Para ella, la resolución tiene motivaciones políticas y fue adoptada sin consenso. “Es una cachetada a 30 años de esfuerzo“, afirmó, advirtiendo que se pone en riesgo no solo la carne bovina, sino también otras producciones como ovinos y caprinos.

 Gustavo Melella, Claudio Vidal, Alberto Weretilneck e Ignacio Torres debatirán acciones conjuntas.
Gustavo Melella, Claudio Vidal, Alberto Weretilneck e Ignacio Torres debatirán acciones conjuntas.

Aceptación y celebración

Desde Neuquén, la postura es conciliadora con Nación. Funcionarios como Diego García Rambeaud, secretario de Producción de esa provincia, defendieron la medida: “No cambia el estatus sanitario, y las condiciones impuestas son muy estrictas“. Sin embargo, reconocen que la eficacia del control dependerá de la fiscalización en los puestos sanitarios, uno de los puntos más cuestionados por el sector rural.

En contraste, La Pampa celebró la flexibilización. Su ministra de Producción, Fernanda González, la calificó como una “buena noticia” y recordó que se trata de un reclamo histórico para permitir el ingreso de asado con hueso.

El conflicto también tiene un trasfondo económico. Solo los frigoríficos habilitados para exportar pueden cumplir con los exigentes requisitos sanitarios, lo que beneficia a grandes cadenas y deja en desventaja a carniceros tradicionales. Según especialistas, esto podría concentrar el mercado en pocos supermercados integrados verticalmente, aumentando los precios y desplazando al comercio minorista.

Mientras tanto, el sur se prepara para una pulseada judicial o política. El dilema está sobre la mesa: ¿judicializar la defensa de la sanidad o avanzar con barreras provinciales? Lo que está claro es que la resolución de SENASA no cerró un capítulo, sino que abrió un frente de conflicto que marcará el futuro sanitario y comercial de la Patagonia.

Fuente: La Opinión Austral

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