Con feriado en Estados Unidos (en homenaje a los caídos en combate), con el sopapo que le dio Brigitte Macron al Presidente de Francia y la mala educación de Milei (en la Catedral) y de Caputo (con «Ricardito» por las empanadas), el mercado argentino sobresalió hoy por un volumen de negocios inexistente, por un pequeño aumento del riesgo país y por un equipo económico que empieza a dar manotazos cada vez más diferentes para ver si logra aumentar las reservas del Banco Central.
Sin dudas, las noticias no vinieron ni de parte del dólar, los bonos o las acciones, sino por el menú de títulos ofrecido por la secretaria de Finanzas para ver si logra cubrir vencimientos con otra licitación este miércoles, pero con una particularidad que no ocurría desde hacía siete años: Caputo y su equipo deciden tentar a inversores internacionales para que compren con dólares un bono que será en pesos, con vencimiento en 2023, pero que tendrá como opción una cancelación anticipada y pagos de intereses semestrales.
Este miércoles hay un vencimiento por unos $8 billones (equivalente a unos US$ 6.840 millones) y para cubrir eso se ofrecen Lecap, Boncap y Boncer, en siete variantes.
Con esta situación de fondo, los dólares oficiales se movieron hacia arriba más rápido que los dólares financieros, en tanto que el dólar blue se quedó completamente quieto. En tanto que los bonos operaron con muy poco volumen (por el feriado en EE.UU.) con un movimiento mínimo, al tiempo que el riesgo país mostró un leve movimiento alcista luego de varios días de congelamiento: subió 14 unidades, hasta 665 puntos básicos. Y esto ocurrió, según los operadores, por las malas formas que tiene el Gobierno frente a sus opositores, pero fundamentalmente porque el operativo «dólares del colchón» parece algo que está todavía muy lejos de llevarse a la práctica.
Los tributaristas, que son los que más entienden sobre el tema, dicen que no pueden llegar a comprender hacia dónde van las cosas porque no salió la letra chica del impuesto a las ganancias simplificado, y porque no hubo novedades sobre el IVA y los bienes personales. Y, fundamentalmente, porque toda esta desregulación impositiva (que es considerada con el rumbo correcto) debe ser aprobada por el Congreso y nadie sabe cuánto tiempo puede llevar todo eso. De hecho, hubo gente que se presentó en diferentes bancos a colocar dinero, y en las entidades les pidieron declaraciones juradas. Y lo que los inversores internacionales vieron con sorpresa, y que fue el verdadero gatillo del riesgo país, fue que ARBA, el organismo recaudador impositivo bonaerense, salió a decir que desconocerá todo este operativo, pese a toda la bajada de línea que le llegue desde ARCA.
Toda esta confusa situación local se concretó con un día sin negocios en EE.UU. por el Memorial Day, en honor a los caídos en las guerras en las que participó Estados Unidos. Con eso como fondo, las tasas largas de EE.UU. no se movieron: se pagó 4,1% anual a 1 año de plazo, 4,1% anual a 5 años, 4,5% anual a 10 años y 5% anual a 30 años. Y en el exterior el dólar subió 0,5% en Brasil, 0,2% en Japón y 0,1% en China, no cambió en México, Suiza y Chile, pero bajó 0,1% contra el euro y 0,2% contra la libra.
En el mercado cambiario local, mientras tanto, con el dólar oficial a $1.163,94, el BCRA no intervino en el mercado, pero al final del día el BCRA perdió reservas por US$ 40 millones, a pesar de estar Argentina en el principal momento de liquidación de cosecha gruesa (tendrían que estar sumándose a Reconquista 266 de a US$ 250 millones por día, lo cual hace temer por lo que pueda suceder a partir de mediados de agosto). Frente a eso, el dólar blue no cambió y siguió a $1.170, el Senebi subió $3,80 hasta $1.164,36, el MEP subió $1,85 hasta $1.144,37 y el contado con liquidación subió $2,42 hasta $1.159,96. Por lo que la brecha entre oficial y blue fue de menos del 1% y la del CCL con el mayorista fue del 2%.
Como no hubo negocios en Wall Street, las operaciones con papeles locales fueron absolutamente mínimas. Con pocos negocios, los bonos argentinos subieron 0,2% y el riesgo país subió hasta 665 puntos básicos. Y, sin negocios en Nueva York, la Bolsa de San Pablo subió 0,2% y la de México mejoró 0,1%. Y a nivel local, con $39.288 millones operados en acciones y $13.806 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 1,1%, es decir el volumen más bajo de los últimos tiempos. Sin tener, obviamente, negocios con ADR argentinos por el feriado norteamericano.
Y en línea con la quietud de casi todo, las commodities actuaron en consecuencia. Hubo una baja del 0,3% para el petróleo. Los metales preciosos estuvieron quietos. Los metales básicos ni siquiera llegaron a formar precio. En Chicago estuvo todo paralizado. En Rosario hubo una buena rueda para la soja y el trigo, pero bajas para el maíz y el sorgo. Y, finalmente, incluso el Bitcoin terminó sin cambios, con bajas de hasta el 2% para el resto de las criptomonedas.
Lo ciertamente destacado del día fue la publicación de los escribanos de CABA del informe sobre negocios en abril. Persiste un renacimiento del crédito hipotecario, y los inmuebles tienen el mayor precio en dólares en cinco años. En CABA en abril se hicieron 5.471 operaciones, 15% más que en marzo y 50% más que en abril de 2024. Y también en CABA una escritura promedio se hizo en abril por US$ 112.145, 14% más que en marzo y 51,9% más que en abril del año pasado. No se llega a una proporción del 27% como la que hubo con Macri en 2017, pero en este momento 22 de cada 100 escrituras se están firmando en Ciudad de Buenos Aires con crédito hipotecario.
El Economista