La recuperación de la demanda local se debe a que, con expectativas cambiarias estables y ante la falta de alternativas de inversión, los consumidores ven los autos como una reserva de valor ante la inflación. Además, la mejora en la confianza y los planes de financiamiento también contribuyen.
La mayor parte de la recuperación responde a la demanda externa, más específicamente a Brasil. Entre enero y agosto se exportaron 267.000 unidades, de las cuales 230.000 tuvieron como destino al vecino país. En este sentido, la apreciación del Real es clave y amortigua el efecto negativo de la inflación.
Dado que los factores que impulsan el mercado interno y externo seguirán operando, se espera que 2010 finalice con una producción de 685.000 unidades, superando significativamente el récord de 2008.
El mercado brasileño es clave para el desempeño de la industria automotriz argentina: la mitad de la producción local se destina al mayor socio del MERCOSUR, explicando 85% de los ingresos por exportaciones del sector.
La dependencia fue en ascenso, al compás del crecimiento de la demanda interna de automóviles en aquél país y de la ganancia cambiaria derivada de la apreciación del Real.
Las favorables condiciones permitieron que el intercambio bilateral del complejo automotriz pase de registrar un elevado déficit en 2008 a un importante superávit para la Argentina.
Las exportaciones de automóviles a Brasil crecieron 54% en el acumulado entre enero y julio respecto al mismo período del año anterior. Es importante destacar la oportunidad que genera el aumento de las ventas a Brasil para el sector autopartista nacional.
La Argentina presenta un desbalance sostenido en autopartes que, de cara al favorable contexto y a los incentivos de una política industrial común, debería equilibrarse.
Las exportaciones dinamizan el sector automotriz
Luego de la fuerte caída en 2009, la industria automotriz ha logrado recuperarse de manera extraordinaria. En lo que va del año la producción alcanzó cerca de 440.000 unidades, lo que equivale a un incremento de 50% con respecto al mismo período de 2009. Estos valores superan en 7,5% a los registrados en 2008, año récord de fabricación en el país.
En el caso de las ventas internas, se observa un panorama similar. En los últimos ocho meses se patentaron 450.000 vehículos, 22,3% más que el año pasado y en línea con las cifras de 2008.
La veloz recuperación de la demanda local no sólo se debe al aumento del ingreso disponible. De hecho, con expectativas cambiarias estables y ante la falta de alternativas de inversión, los consumidores ven a los autos como una reserva de valor ante la creciente inflación.
Otro de los factores que impulsa las ventas en el mercado interno es la mejora en la confianza. En este sentido, en los primeros ocho meses del año la intención de compra de automóviles y casas se incrementó casi 60% i.a. Asimismo, la implementación de los planes de financiamiento, que en algunos casos permiten la compra de un 0Km hasta en 50 cuotas, también contribuye.
La mayor parte de la recuperación responde a la dinámica de la demanda externa, más específicamente, a Brasil. Entre enero y agosto de este año se exportaron 267.000 unidades –17% más que en 2008– de las cuales 230.000 tuvieron como destino al país vecino.
La importancia de Brasil en la producción local se ha incrementado significativamente en los últimos años. En efecto, su participación sobre el total de las ventas al exterior pasó de 35% en 2005 a más del 86% en la actualidad.
En este sentido, la apreciación del Real es clave y amortigua en parte el efecto negativo de la inflación local. Más aún, a los fabricantes nacionales les resulta más rentable exportar que vender en el mercado interno. Esto se debe a que, medidos en dólares, los mismos modelos cuestan en las concesionarias brasileñas entre 25% y 50% más que en la Argentina.
Más allá de la formidable recuperación de la industria automotriz, existen ciertos condicionantes a esta dinámica prometedora. En primer lugar, si bien el tipo de cambio real con Brasil continúa siendo favorable, el aumento de los costos internos afecta la rentabilidad del sector.
En segundo lugar, preocupa la disputa entre las terminales y el sector autopartista. Desde las principales asociaciones advierten sobre los posibles límites a la producción de autos por problemas de abastecimiento de partes.
Adicionalmente, se registran también problemas puntuales en el suministro de energía y de insumos locales por conflictos gremiales.
Por el lado de lo precios, según se desprende del IPC Ecolatina, los autos 0Km se encarecieron a un ritmo promedio mensual de 1% en lo que va del año. Además, los costos asociados al funcionamiento y mantenimiento de vehículos continúan registrando fuertes incrementos: en los últimos doce meses treparon cerca de 25%.
De todas maneras, en tanto las alternativas clásicas de inversión (plazos fijos y dólar) continúen perdiendo frente a la inflación, la adquisición de automóviles como refugio de valor seguirá siendo atractiva.
En definitiva, a pesar de estos condicionantes, dado que los factores que impulsan el mercado interno y externo seguirán operando, las perspectivas para el sector son sumamente alentadoras. De esta manera, se espera que 2010 finalice con una producción de 685.000 unidades, superando significativamente los niveles récord de 2008 (+14,7%).
Mejores condiciones para el desarrollo del sector autopartista
El mercado brasileño es clave para el desempeño de la industria automotriz argentina. Como se mencionó, la mitad de la producción local se destina al mayor socio del MERCOSUR, explicando 85% de los ingresos por exportaciones del sector.
La dependencia fue en ascenso durante los últimos años, al compás del crecimiento de la demanda interna de automóviles en aquél país y de la ganancia cambiaria derivada de la apreciación del Real. En el último año el tipo de cambio real (neto del efecto de la inflación) entre el Peso y esa moneda se ubicó 12% por sobre el promedio histórico, generando un colchón de competitividad a favor de la industria nacional.
Las favorables condiciones permitieron que el intercambio bilateral del complejo automotriz pase de registrar un elevado déficit en 2008 a un importante superávit para la Argentina a partir de 2009. En particular, las exportaciones de vehículos impulsan esta dinámica contrarrestando el déficit que exhiben las autopartes.
Los envíos a Brasil contienen una porción significativa de piezas de ese origen, que ingresan a la Argentina para ensamble del producto final. La integración productiva en el bloque aduanero es un objetivo, pero este proceso no está generando los incentivos correctos para que la industria autopartista nacional se desarrolle competitivamente.
Las exportaciones de automóviles a Brasil crecieron 54% en el acumulado entre enero y julio respecto al mismo período del año anterior, mientras que la importación de autopartes aumentó 80% en la misma comparación. Es importante destacar la oportunidad que genera el aumento de las ventas a Brasil para el sector autopartista nacional.
De hecho, el incremento de la producción nacional de vehículos implicó también un fuerte aumento de la adquisición de piezas en el resto del mundo. Las autopartes originarias de Brasil explican la mitad del total importado por este concepto y el resto proviene principalmente de la Unión Europea (20%), Japón (5%) y del NAFTA (4%). Pero por su elevada participación y la performance exhibida, el déficit en autopartes resulta actualmente el más elevado de la historia.
La importancia de Brasil para el crecimiento y desarrollo de la industria automotriz es fundamental y en los últimos dos años las ventas a ese destino permitieron contrarrestar el déficit comercial total del sector. La Argentina presenta un desbalance sostenido en un eslabón de la cadena que, de cara al favorable contexto y a los incentivos de una política industrial común, debería equilibrarse
