LA INFLACIÓN EN EL INTERIOR DEL PAÍS EVOLUCIÓN MENSUAL DE LOS PRECIOS EN ALIMENTOS Y BEBIDAS

“En el contexto actual, la inflación además de ser un mal que arremete contra la economía local, es paradójicamente una solución (insostenible en el tiempo) para subsanar la falta de ingresos públicos y pasa a formar parte de los menguados instrumentos de política económica de la actual dministración.”

EL IMPUESTO INFLACIONARIO COMO FUENTE DE FINANCIACIÓN
La emisión de dinero, o señoreaje, es una herramienta de política económica que tienen los gobiernos de aquellos países con moneda propia. Esta creación primaria de dinero responde tanto a un crecimiento real de la economía como a un aumento del nivel general de precios.
En otras palabras, la base monetaria1 se incrementa en respuesta a la evolución del producto bruto medido en términos nominales.
En este sentido, mientras que el crecimiento (real) de la economía genera un aumento en la demanda de saldos monetarios reales (que implica una economía de mayor tamaño), la inflación induce un incremento en la demanda nominal, cuyo fin es compensar la pérdida de poder adquisitivo de la moneda ante la aceleración de los precios.
Esta pérdida del valor real del dinero, por efecto de la inflación, se manifiesta como el “impuesto inflacionario”. En otras palabras, la inflación puede ser asimilada a un impuesto que se cobra sobre los tenedores de moneda; y los sectores de ingresos fijos (asalariados y jubilados) son los que reciben el mayor impacto de este tributo, por lo que generalmente se
dice que la inflación es el impuesto más regresivo2.
Cuando la expansión monetaria genera un exceso de liquidez en la economía, la misma se traduce en una fuente de financiamiento para el sector público, vía aumento del nivel general de precios y mayor recaudación nominal. A su vez, la contracara del fenómeno anterior es la
pérdida de poder adquisitivo que sufren los tenedores de pesos.
El impuesto inflacionario resurge en la Argentina luego de la salida de Convertibilidad, y lo hace con mayor fuerza a partir del 2006: como todo impuesto, requiere de una alícuota, que en este caso es la tasa de inflación general de la economía (medida a través del índice de
precios implícitos del PBI); y de una base imponible, que aquí es la base monetaria. Así, mediante el producto entre estas dos variables, es posible calcular el valor (absoluto) recaudado de este impuesto.
1 Base monetaria o dinero de alta potencia se denomina al circulante (billetes y monedas) y a los encajes de los bancos en el Banco central.
2 Además, este impuesto presenta algunas características especiales, dada su propia naturaleza. Por ejemplo, su recaudación no requiere ni aprobación legislativa, ni la administración de una agencia recaudadora. El impuesto se paga automáticamente a medida que las familias sufren la pérdida de valor de sus saldos de dinero en cada período, cuando sube el nivel general de precios.

En efecto, luego de la devaluación de 2001, la expansión monetaria tuvo un efecto real en la economía. Dada la capacidad instalada ociosa que había dejado la crisis previa a la salida de la convertibilidad, el producto se expandía en un marco de bajos niveles de inflación.
No obstante, a medida que la capacidad instalada se saturaba, la inversión no crecía lo suficiente y la política fiscal seguía recalentando la demanda agregada, la expansión de la emisión monetaria fue traduciéndose en incrementos (crecientes) de precios. A modo de ejemplo, durante el 2007, la base monetaria se incrementaba -en promedio- un 30% anual, en
un marco de aceleración de precios y niveles de utilización de la capacidad instalada que superaban el 75%. Fue así como la emisión monetaria, traducida en inflación, crecía sucesivamente desde $5.302 millones (1% del PBI nominal) durante el tercer trimestre de 2005, hasta alcanzar $23.000 millones aproximadamente en el segundo trimestre de 2008
(2,1% PBI).
La recesión de fines de 2008 y 2009 impuso un techo a la recaudación del impuesto inflacionario haciendo que la recaudación del mismo retroceda un 27% a lo largo de todo el año (-$5.836 millones entre el promedio de 2009 contra el año anterior): tanto la expansión de base monetaria como la inflación se moderaron drásticamente.
Sin embargo, la recuperación del nivel de actividad y la aceleración de los precios de este año vuelven a forjar una expansión de base monetaria, estimulando la expansión del impuesto.
Pero, al mismo tiempo, el Gobierno Nacional se ve tentado a generar impuesto inflacionario para incrementar su recaudación y poder mantener su política voraz de gasto y honrar los vencimientos de deuda del 2010. En otras palabras, el poder ejecutivo Nacional necesita del
impuesto inflacionario que recauda el BCRA, dado que carece de ingresos genuinos necesarios para llegar a fin de año.

Luego, la forma final que tiene el tesoro de hacerse de estos ingresos adquiere diversos nombres: “adelantos transitorios”, utilidades del BCRA” o “uso de reservas excedentes”. En todos los casos se trata de traspasar el impuesto inflacionario que recauda el BCRA hacia el Gobierno Nacional. En efecto, con una inflación en torno al 27% y una expansión de la base
monetaria mayor al 31%, se estima que los ingresos recaudados por este medio ascenderían – en promedio- a $30.183 millones en el 2010, lo que equivale a aproximadamente el 2% del PBI (nominal); es decir, la recaudación por medio de este tributo se incrementaría casi un
89% respecto que el año pasado (+$14.216 millones).
El Impuesto Inflacionario En Millones de $ Año

Por último, como corolario de todo lo anterior, cabe remarcar que si bien la inflación es un problema para la economía argentina, también es paradójicamente una solución (insostenible en el tiempo) para subsanar la falta de ingresos públicos y pasa a formar parte de los menguados instrumentos de política económica de la actual administración.

INFLACIÓN E&R Y PERSPECTIVAS

 Según el índice de precios de E&R, en Mayo 10’, la inflación minorista alcanzaría un 1,8% (mensual), impulsada principalmente por un fuerte aumento de los alimentos.
 De este modo, el 2010 empezaría su curso con una marcada tendencia alcista en lo que respecta a los precios minoristas, haciendo que el incremento de precios de los últimos 12 meses se ubique en torno al 20,7% anual; en contraste con el aumento – interanual- de los precios minoristas para el INDEC, que alcanzaría un 10,6%
aproximadamente entre Mayo de 2010 y el mismo período de 2009.
 Cabe señalar, que si bien la inflación sigue siendo uno de los principales males que enfrenta la economía local, los aumentos de precios del mes de Mayo (y Abril) mostraron una leve desaceleración si se los compara con los incrementos de Marzo (2,3%), Febrero (2,5%) y Enero (2,1%). Esta moderación en el incremento de precios se explica -en parte- por el hecho de que el precio de la carne se mantuvo inalterado
por primera vez en Abril; lo que impuso un techo para los aumentos del rubro de “alimentos y bebidas” que tiene un peso relativo de casi el 40% en la construcción del índice de precios minorista. A su vez, el estallido de la crisis griega en Mayo trajo aparejada la devaluación del Euro que resultaría útil para contener los precios al menos, especialmente en el segmento mayorista. En efecto, la caída del precio del euro podría tener un impacto negativo en la balanza comercial, mediante una
reducción de las exportaciones; aunque por otro lado, podría beneficiar a la economía local en materia de precios internos, dado que al caer la demanda europea de exportaciones, se verificaría un incremento de la oferta local (saldos exportables) destinada al mercado doméstico.
 Por último, para el 2010 se proyecta una inflación anual (entre puntas) superior al 26%, con un aumento de precios promedio del 1,9% mensual.

LA INFLACIÓN EN LAS PROVINCIAS

A partir de la interrupción de la difusión del IPC Nacional por parte del INDEC a partir del mes de junio de 2008, se debe analizar la evolución de la inflación minorista en el interior del país utilizando información publicada por las Direcciones Provinciales de Estadísticas y Censos. En este sentido, corresponde aclarar que en algunas jurisdicciones se elaboran índices de precios autoponderados (Santa Rosa, Paraná, Chubut y Río Negro) que no resultan directamente comparables con los índices ponderados (San Luis, Posadas, Tierra del fuego y GBA), calculados a partir de encuestas de consumo y gastos de los hogares.3
Al comparar la inflación minorista en Abril de 2010, sobresale una gran disparidad entre las distintas jurisdicciones para las cuales se dispone de información. Así, la dinámica de precios minoristas varía desde una inflación mensual del 2,3% en Río Negro, hasta un aumento de
precios del 0,8% en gran Buenos Aires.

Considerando la inflación acumulada durante el primer cuatrimestre del año, se destaca el incremento de precios de la provincia de San Luis, Misiones y Tierra del fuego con tasas del 11%, 10,5%, 9,3%, respectivamente.
En el otro extremo, la región del Gran Buenos Aires y La Pampa presentan los menores niveles de inflación acumulada entre Enero y Abril de 2010 con 4,3% y 7% respectivamente.
3 Por falta de referencia en las direcciones de estadísticas provinciales, no se han relevado los precios de la jurisdicción de Neuquén, Entre Ríos, Jujuy y Córdoba.

Inflación Acumulada en el primer cuatrimestre de 2010

Fuente: E&R en base a Direcciones Provinciales de Estadísticas y Censos.
No obstante, la heterogeneidad de la dinámica de precios entre las provincias relevadas se profundiza si se considera la inflación acumulada durante los últimos doce meses. De hecho, en el interior del país, la inflación anual se ubica muy por encima del aumento registrado
por el IPC-GBA. San Luis, por su parte, (24,7%) encabeza el ranking de inflación acumulada, con un incremento mensual promedio del 1,9%. A continuación se ubican Río Negro (22%) y La Pampa (20,7%). Del otro lado, se ubica el Gran Buenos Aires con una inflación anual de
apenas 10,2% (en el período Abril 09’ – Abril 10’), que mensualizada asciende al 0,8%.

BOX I: Evolución mensual de los precios de alimentos y bebidas
A fin de contar con una estimación propia de la variación de los precios de algunos alimentos y bebidas, se realiza semanalmente un relevamiento de los valores finales de un subconjunto de productos para consumir en el hogar4.
Calculando un promedio mensual del costo de la canasta, se observa una merma en las variaciones mensuales a partir de mediados de 2009, que vuelve a revertirse en Septiembre de ese año.
De este modo, el 2010 comienza con un marcado aumento del precio de los alimentos que conforman; y la canasta alcanza los $623 en Enero ’10 para incrementarse sucesivamente hasta alcanzar los $738 en Mayo, luego de incrementarse un 3,4% con respecto al mes inmediatamente anterior.
Por último, anualizando el incremento de precios (May-10 vs May-08), se observa que el costo de la canasta E&R aumentó un 42%, superando ampliamente a los indicadores oficiales (esperados) para el capítulo de alimentos y bebidas del IPC.

4 Los alimentos y bebidas para consumir en el hogar representan aproximadamente el 26% de la canasta total del IPC-GBA.

Variación Porcentual Mensual del Costo de la Canasta (E&R)
Var Interanual Mayo-10
vs Mayo-09= 41.8%
En el mes de Mayo, las variaciones registradas en el costo de la canasta alimenticia fueron mayores que en el mes inmediatamente anterior, siendo este, el rubro que percibió mayores aumentos dentro de la Canasta Básica Total. Los mayores aumentos se concentraron nuevamente en los rubros: lácteos, fiambres, verduras, y en algunos productos enlatados y envasados. En lo que se refiere al rubro de las carnes (tanto rojas
como blancas), se observó por segundo mes consecutivo un congelamiento en su nivel de precios.
En el último mes relevado (Mayo ’10), el aumento en el costo de la Canasta Alimenticia estuvo encabezado por los lácteos, dentro de este rubro se destacan los aumento del queso reggianito (10.7%), del queso pategras (9.1%), del queso crema (8.1%), de la leche en polvo
(1.3%) y de la leche entera (1.2%). Cabe destacar que dentro de este rubro, el yogur bebible registro una caída de aproximadamente 1.5%.
Así mismo, los fiambres registraron algunos aumentos encabezados por: el salame tipo Milán (9.6%), el jamón cocido (6.2%) y el salchichón con jamón (0.5%). Por su parte, la salchicha tipo viena fue la única dentro de este rubro que registró una merma de alrededor del 2%.
A su vez, en el mes de Mayo, se observaron aumentos en algunas de las verduras, siendo – en algunos casos- un fenómeno estacional; el zapallo anco registro un aumento del 11%, el limón un 12%, la batata observó un aumento del 14.6%. A diferencia del mes de Abril, las frutas no registraron incrementos significativos.
Paralelamente, se han registrado aumentos en algunos productos enlatados y envasados como los duraznos en almíbar (20%) y el dulce de batata registro (4.4%).
Por último, se han registraron incrementos de costos de algunos productos heterogéneos de la canasta alimenticia en el mes de Abril, como el café molido (5.9%), el té (12%), los huevos (8.5%), la mayonesa (7.9%) y yerba mate (5.1%).

Fuente:economía y Regiones.
Director:Economista Rogelio Frigerio.

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