Un Presupuesto basado en el financiamiento externo

El Presupuesto 2010 muestra “ortodoxia” fiscal: recomposición del superávit basada en la moderación de gastos (obra pública y subsidios energéticos), la vuelta a los mercados internacionales y la renegociación de las deudas impagas. A diferencia de años anteriores los recursos excedentes no alcanzarán para cubrir la demanda de gastos por encima de los presupuestados. Por eso el proyecto refleja la imperiosa búsqueda de financiamiento externo. Se pone un fuerte énfasis en el status quo en torno de las retenciones y la coparticipación. Se intenta mostrar que si disminuyen los ingresos por comercio exterior o coparticipación, parte del gasto quedará desfinanciado. Los supuestos macroeconómicos utilizados para la confección del Presupuesto 2010 mantienen subestimaciones y sobreestimaciones que desfiguran el escenario a partir del cual se toman las decisiones de política económica.

El Proyecto estima un tipo de cambio de 3,95 $/US$ para mantener estable el tipo de cambio real, si se considera la inflación oficial. Sin embargo, el deterioro de la competitividad seguirá en tanto no se desactive la inflación real que superará 15%.
Para 2009 el Presupuesto estima un crecimiento de 0,5%, mientras que la expansión sería de 2,5% en 2010. La cifra para este año resulta poco creíble cuando la producción, el consumo y los servicios registran caídas.
Se calcula que la suba precios se ubicará en 5,6% i.a. para el cierre de 2009 y crecerá 6,6% en 2010. Estos parámetros dejan entrever que la transparencia de las cifras oficiales no será una prioridad.
La estimación de recaudación incluida en el Presupuesto ($ 353.724 M) es moderada, aunque el excedente que prevemos ($ 9.000 M) se ubica muy por debajo del de años anteriores.
El elevado nivel de ingresos por comercio exterior incluido ($ 54.145 M) intenta mostrar a las retenciones un pilar de la política fiscal.
El gasto primario para 2010 luce moderado: no se incluyen aumentos en salarios públicos, el gasto en jubilaciones luce muy moderado y la obra pública cae en porcentaje del PBI. Además, se incluyen algunos recortes en subsidios.
Como consecuencia, el Presupuesto muestra un superávit primario de 2,3% del PBI y un resultado financiero nulo. De todas maneras, si los gastos no pueden moderarse -como probablemente ocurra- el excedente sería menor.
Para financiar las amortizaciones de deuda y a las provincias se prevé un endeudamiento con organismos y fuertes colocaciones de títulos públicos.
Si bien esto puede parece irreal, confirma la señal del proyecto: la reapertura del financiamiento externo será el verdadero pilar central de la política fiscal en 2010.

Un Presupuesto “ortodoxo” que mantiene el status quo
En la última semana el Poder Ejecutivo giró al Congreso de la Nación el Presupuesto General de la Administración Nacional, el cual fija los gastos y recursos para el ejercicio 2010.
El proyecto intenta mostrar una señal de “ortodoxia” fiscal: recomposición del superávit basada en la moderación de gastos (obra pública y subsidios energéticos), la vuelta a los mercados financieros internacionales
–colocaciones y organismos– y la renegociación de las deudas con el Club de París y los holdouts.
Como años anteriores, tanto los recursos como los gastos están subestimados. La novedad es que las restricciones fiscales esta vez serán operativas: los recursos excedentes que el estado recaudará no alcanzarán para incrementar la demanda de gastos por sobre los estrictamente presupuestados. Además, el margen para incluir otras fuentes que financien ese gasto adicional es prácticamente nulo.
Cabe señalar que entre 2004 y 2008 los recursos y gastos se subestimaron para habilitar la redistribución de los excedentes con discrecionalidad. De esta manera, el gasto realizado siempre superó al inicialmente presupuestado -alcanzando en 2008 la brecha récord de casi $ 30.000 M- (ver gráfico).

Esta situación cambiara para el cierre del ejercicio 2009. La recaudación finalizaría $ 27.000 M por debajo de los recursos tributarios presupuestados un año antes, obligando al gobierno a utilizar fuentes no contempladas inicialmente en el Presupuesto y a resignar dos tercios del superávit para cubrir gastos no previstos.
Por otra parte, el Presupuesto 2010 pone un fuerte énfasis en el status quo en torno de las retenciones y la coparticipación. Se intenta mostrar que si disminuyen los ingresos por comercio exterior, parte del gasto quedará desfinanciado. Lo mismo ocurriría si a partir de 2010 el Gobierno Nacional tuviera que compartir una mayor parte de los recursos tributarios con las provincias.
Si bien con la inclusión de gastos moderados se intenta dar una señal de mesura en la política fiscal, lo que se observa es que las restricciones fiscales estarán plenamente operativas en 2010. El proyecto refleja la imperiosa búsqueda de financiamiento externo que se observa en la actualidad.

Supuestos macroeconómicos que distorsionan la política económica
La estimación del Presupuesto 2010 es realizada por el Ministerio de Economía en base a supuestos macroeconómicos que, más allá de su precisión, sirven para comprender la visión de la política económica oficial.
Para 2009 se prevé un crecimiento de 0,5%, mientras que en 2010 la expansión sería de 2,5% gracias a la recuperación interna y externa. La cifra para este año resulta poco creíble cuando la industria, el agro, la construcción, el consumo y los servicios registran caídas. Para el 2010 la proyección luce algo más realista. Sin embargo, para que la inversión privada sea el motor del crecimiento (como figura en el Presupuesto) deben concretarse acciones que corrijan los desequilibrios internos y despejen la incertidumbre de la economía.

El proyecto continúa sin reconocer el problema de la inflación. Pese a los esfuerzos para recomponer la imagen del INDEC, se calcula que la suba precios se ubicará en 5,6% i.a. para el cierre de 2009 y crecerá 6,6% en 2010. Estas cifras tienen varias implicancias, entre las que destacamos que el saneamiento del sistema de estadísticas no será una prioridad, el problema social se subestimará y las paritarias volverán a ser convulsionadas por la falta de un parámetro objetivo.
El tipo de cambio proyectado (3,95 $/US$) supone una estabilidad del tipo de cambio real, pero sólo si se considera la inflación oficial. Mientras no se desactive la elevada suba de precios, el deterioro de la competitividad afectará la producción nacional exportable y alentará las importaciones.
En cuanto al comercio externo, el Presupuesto supone una relajación de las trabas aduaneras pues, según la estimación oficial para el cierre de 2009, las importaciones entre agosto y diciembre no caerán respecto al mismo período del año pasado. Además, según el proyecto, en 2010 el aumento de las compras en el exterior sería superior al de las ventas y el superávit resultaría similar al esperado para este año (en torno de US$ 14.150 M).
En síntesis, los supuestos macroeconómicos delineados mantienen subestimaciones y sobreestimaciones que desfiguran el escenario a partir del cual se toman las decisiones de política económica. En este contexto, resultan de difícil aplicación las medidas necesarias para corregir los desequilibrios acumulados.

Retenciones y financiamiento externo para sostener un gasto moderado
En base a los supuestos macroeconómicos adoptados, la recaudación en 2010 alcanzaría $ 353.724 M, lo que implica un alza de 17,2% i.a. en relación al cierre que estimamos para 2009. Según nuestros cálculos, la recaudación efectiva del año próximo podría superar en $ 9.000 M a la incluida en el Presupuesto.
Por la moderada inflación utilizada, la mayor dispersión se encuentra en la recolección de impuestos, donde estimamos que podría ser $ 15.000 M mayor.

Sin embargo, creemos que se sobreestima la recaudación por comercio exterior ($ 54.145 M) básicamente por el elevado volumen de intercambio comercial incluido. Como ya mencionamos, la estimación oficial muestra a las retenciones como un pilar central de la política económica.
Adicionalmente, el proyecto incluye ingresos por intereses de títulos de la ANSES ($ 8.387 M) y utilidades del BCRA ($ 3.800 M). A diferencia del Presupuesto 2009, fueron incluidos desde el principio: la intención fue incorporar fuentes que permitan mostrar un mayor nivel de gasto sin que afecte el superávit.
El problema es que tanto los intereses de la ANSES como las utilidades contables del BCRA –aunque podrían ser mayores– ya están descartadas como nuevas fuentes para financiar las incorporaciones de gastos que se realicen luego de aprobado el Presupuesto.
El proyecto estipula un nivel de gasto primario de $ 268.575 M para 2010, que implica un alza de sólo 12,3% en relación al cierre incluido. Según esta estimación, en 2009 alcanzaría $ 239.067 M, no muy lejos de nuestros cálculos.
El nivel de erogaciones incluido para 2009 confirma que el Mega Plan de Obras Públicas no se realizará: el mismo incorporaba $ 24.030 M a los gastos de capital presupuestados ($ 35.091 M) mientras que el proyecto incluye gastos de capital levemente superiores a los presupuestados originalmente ($ 36.506 M) para el año.

El nivel de gastos incluidos para 2010 luce moderado, en especial en los componentes más inflexibles: salarios y jubilaciones. El primer caso obedece a que el gasto en personal no contempla un incremento en las remuneraciones.
Por el otro lado, el crecimiento en el gasto en jubilaciones (+18% i.a.) luce moderado teniendo en cuenta que habrá dos ajustes en los haberes, regirá el efecto anualizado de los dos incrementos otorgados este año y se incluyen pagos de sentencias por $ 2.400 M.
En cuanto a los subsidios, si bien se recortan en las compensaciones al sector energético –igual que en 2009– y se destinan $ 1.100 M menos al sector agropecuario, se incluye un aumento de $ 1.300 M en las transferencias destinadas al sector transporte.
Finalmente, el nivel de gastos de capital ($ 40.371 M) implica no sólo una moderada suba (+10,6% i.a.) sino también una leve caída en términos del producto, aunque gastos en obras adicionales podrían estar figurando como “otras necesidades” dentro del programa financiero. Cabe destacar que, pese a que ya incluyen el Fondo Automático de la Soja (que según las estimaciones de retenciones será elevado), las transferencias de capital sólo crecerían 12% i.a.
En base a los recursos y gastos, el Presupuesto contempla un resultado primario de 2,3% del PBI y un equilibrio fiscal para la Nación. Considerado que la subestimación de gastos sería superior a la de los ingresos, se presume que la estimación oficial luce elevada.
De todas maneras, si en 2010 no hay con qué financiar los mayores gastos extrapresupuestarios (recursos o fuentes), este resultado podría alcanzarse. En definitiva, esto mostraría la operatividad de las restricciones fiscales, salvo que se acceda a crédito externo.
También debe hacerse una mención en cuanto al cierre de 2009: se estima un resultado primario de 1,4% del PBI.
Si el año cierra con el nivel de gasto primario contemplado , las erogaciones deberían moderar su expansión de 30,6% i.a. a 25,2% i.a. entre agosto y diciembre, lo cual no se aleja mucho de nuestras estimaciones. El punto central es que los recursos estimados para ese período (+22% i.a.) lucen elevados: según nuestros cálculos, los ingresos entre agosto y diciembre crecerían 15% i.a., por lo que el superávit de 2009 alcanzaría 1% del PBI en lugar de 1,4%.
Ya en 2010, y partiendo del equilibrio fiscal nacional –luego de intereses, sin cupón del PBI– el Gobierno debe realizar amortizaciones de deuda por US$ 5.200 M y recompras por US$ 2.200 M. También se prevé financiamiento a las provincias por $ 8.700 M, significativamente superior al monto incluido en presupuestos anteriores, y otras necesidades netas por $ 21.000 M. Aquí se estarían incluyendo otras erogaciones, como mecanismo para preservar el superávit primario.
Para afrontar estas necesidades, el Presupuesto prevé incrementar el stock de Adelantos Transitorios en $ 3.000 M, renegociar la deuda con el Banco Nación para 2010 ($ 4.150 M), endeudarse en forma neta con Organismos por US$ 2.100 M y colocar títulos de largo plazo por $ 58.000 M.
Si bien los niveles de fuentes incluidas lucen muy elevados –considerando el aislamiento financiero actual– son indicativas de al menos tres factores:
i. Dejan un margen casi nulo para financiar las mayores incorporaciones de gastos que se realicen a lo largo de 2010: el nivel de nuevas colocaciones es de por sí muy elevado.
ii. El programa financiero se basa en el crédito externo, a diferencia de las colocaciones intra-sector público, como en 2009.
iii. Confirma la señal del Poder Ejecutivo: la reapertura del financiamiento externo (organismos y títulos) será el pilar de la política fiscal en 2010.

Fuente:ECOLATINA

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