En 2001 este medio dio a conocer una posibilidad de concreción que no necesitaba de mucha infraestructura y podía utilizar dos hovercraft como el El SR-N4 «The Princess Anne» llegando a Calais, Francia. Originalmente este VCA era un Mk1, con capacidad para 254 pasajeros y 28 vehículos, más tarde fue ascendido a Mk3, con capacidad para 424 pasajeros y 54 vehículos. Estos vehículos cruzaban el Canal de la Mancha y al tratarse de aerodeslizadores no tenían problemas con el oleaje o las corrientes ya que flotaban sobre el agua.
Este proyecto solamente demandaba la construcción de dos playones donde el barco se posaba, descargaba los vehículos y volvía a navegar en cuestión de minutos.
Uno de los amarraderos estaría en Punta Loyola y el otro en Hito 1 en el extremo norte de la provincia, la distancia entre ambos puntos es de 36 kilómetros, es decir 8 kilómetros menos que el Canal de la Mancha que es de 44 kilómetros.
Sus más de 11 metros de altura le conferían un aspecto demoledor, así como su velocidad: hasta 130 km/h mientras flotaba grácilmente sobre las aguas. Es decir que el tiempo de navegación era mínimo, pero nunca se tuvo en cuenta, cuando se construyó el Eurotunel, estas máquinas increíbles quedaron fuera de servicio y su precio era relativamente menor al que tenían cuando estaban en plena actividad.
Hoy se sigue hablando de esto como si la historia recién comenzara, pasaron más de 30 años, la historia aparece cada 4 años, pero ninguno de los que proponen un puerto en San Sebastián estuvieron embarcados nunca en la boca del Estrecho de Magallanes ni saben lo que demora una navegación en una barcaza o ferri desde ese lugar hasta Santa Cruz.
Habrá que seguir esperando para que esta ley aprobada hace años de cruce por aguas argentinas se haga realidad después de 7 gobiernos nacionales y otros 6 provinciales, esto no debe ser una cuestión de buenos deseos debe ser una política de estado que refuerce nuestra soberanía, nuestra integración, y conectividad con el continente de manera concreta.
