Ayer se conoció la noticia de que en medio de los tarifazos a los servicios públicos y una inflación que no da tregua, el ministerio de Economía analiza aplicar desde este domingo otro aumento en el valor de las naftas, en este caso del 10%, con lo que llegaría el cuarto ajuste en el año y se acumularía así una suba del 30% en el primer cuatrimestre.
Hasta ahora, el gasoil y las naftas registraron desde enero un incremento del 19%, pero los costos en dólares de las petroleras se ajustaron 50% desde la salida del cepo cambiario y la devaluación en diciembre. Por eso, la intención del gobierno es que las compañías puedan tener ahora esa recomposición en los cuadros tarifarios y no esperar hasta agosto, como se había proyectado inicialmente.
El impacto que tienen en la economía los precios de los combustibles es altísimo y aun más en el contexto recesivo y de alta inflación. Si finalmente el ajuste se concreta, la nafta súper pasará de 15,53 a 17,08 pesos en Capital Federal; la premium aumentará de 17,55 a 19,30 y el gasoil de 14,13 a 15,54.
El temor en el sector de los consumidores es muy grande, más que nada porque este incremento en las naftas puede llegar a tener un efecto rebote muy grande en otros percios de la economía, ya que afecta en absolutamente todos los productos, más que nada al transporte y a lo que es la cadena de alimentos, ya que los alimentos se transportan por tierra, y esos aumentos repercuten hondamente en el vapuleado bolsillo de los trabajadores.