Escuchar y oír, mirar y ver.

Mart 08/03/16 .- Pareciera ser que esto que puse como título de este análisis es tan poco habitual que en el último tiempo nos ha llevado a perdernos en la incertidumbre más absoluta y tener de fondo voces inequívocamente subjetivas a la hora de hacernos saber que nos pasa. Cuando la mediocridad con cargo se convierte en un problema.

En tal sentido de uno y otro lado ya sea desde los lugares o puestos de decisión en la provincia, los que manejan y toman decisiones sobre nuestras vidas, si se escucha no se oye y si se mira no se ve, porque digo esto, porque si así fuera no estarían pasando las cosas que pasan.

Hoy son muchos los problemas que estamos teniendo los fueguinos, problemas de toda índole y color, desde este ajuste desenfrenado, confiscatorio y unilateral que enojó a todo el mundo, hasta la mala costumbre de algunos súbditos del poder que pareciera que disfrutan con el permanente mensaje, de “te estamos controlando”, “mira que te vigilamos”, poner cara de tujes para parecer malo pero cuando aparecen 20 personas con un bombo y una bandera encerrarse bajo llave.

Otra táctica es hacer declaraciones altisonantes vacías de contenido, llenas de fanatismo y de mucho resentimiento, porque el éxito tardío trae resentimiento, y cuando las papas queman desaparecer dejando la horrible sensación de solo apuntar a generar más caos. Yendo un poco más allá frases tan poco felices como “Nos eligió  la gente y vamos a legislar para la gobernadora”, y una más “cuando asumamos nosotros van a ver lo que hacemos”, todo esto es una permanente provocación, que genera calentura, malestar y rechazo en toda la sociedad, menos en aquellos que tiene la cabeza puesta para que el cuello no les termine en punta.

Es la actitud, es la forma de apurar y llevarse por delante todo, a punto tal que no falto el olfa que trató de hacerle decir a un funcionario que las medidas de fuerza perjudicaban el turismo y el mismo lo desmintió al aire, papelón, pero de esto también hay.

Entonces, hay algunos ultra alcahuetes, fanáticos enfermizos y con esa actitud de patotero de cuarta, única herramienta que manejan, que ni oyen, ni ven nada y la de otras que están dispuestos al dialogo, a escuchar, a sentarse a dialogar, que atienden a los medios y pueden difundir lo que tienen para hacer, pero son los menos.

Los más optaron por el silencio, nada de nada, teléfono apagado, contestador o el remanido, “está en una reunión”, no seré yo quien explique las políticas del gobierno, si el que las cuestione y el que les haga saber que han arrancado mal con estas formas, que le han dado cargos a personas que no pueden hilvanar 3 frases juntas y que son esos los que precisamente lo complican todo, los que aprietan empleados, los que se llevan por delante todo, por ignorantes obvio, no es por su brillantes intelectual, y que van socavando una gestión, que oficina por oficina cae en popularidad y cuando se den cuenta la pudrición vendrá desde adentro y no desde afuera, precisamente por estos mediocres con carguitos de tercera línea que no saben ni saludar cuando entra a su lugar de trabajo.

Escuchar y oír, mirar y ver es la premisa, no es muy complicado ponerse al tanto de las estupideces que hacen tus funcionarios, y cuan perjudicial puede ser para una gestión cargar con esa mochila que en el corto plazo puede ocasionar problemas graves.

Esto es solo a modo de prevención, no soy parte del gobierno, bi tengo nada que ver con el pero hay cosas que son tan obvias que hasta dan vergüenza. Como los genéticamente oficialistas que callan todo y cobran por eso, los ignorantes con cargo y los aplaudidores sin fundamento.

 

Armando Cabral

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