Gabriela Michetti, la vicepresidenta argentina y quien es considerada como una de las mujeres fuertes del gobierno de Mauricio Macri (la otra es la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal), realizó una visita de dos días a Chile en los que se reunió con la Presidenta Michelle Bachelet. En esta entrevista con La Tercera habla sobre las dificultades afrontar el actual gobierno argentino, su rol en la Vicepresidencia y una eventual extradición de Galvarino Apablaza.
¿Cuáles cree son las mayores dificultades que enfrenta su gobierno?
Tenemos una clara conciencia de que la situación económica no es buena, en el sentido de que se han distorsionado mucho los incentivos. Hemos tenido años en los cuales el crecimiento que la economía argentina, como todas las economías latinoamericanas, no terminó redundando en un desarrollo. Sobre todo no terminó redundando en un bienestar de la población, en una lucha real con la pobreza. Tenemos una dificultad importante para poner en orden la economía. La otra cuestión es darle batalla al narcotráfico porque se nos ha instalado de una manera que genera una alerta entre amarillo y rojo.
¿Cómo pretenden lidiar con un Congreso dominado por el peronismo opositor?
Lo que creemos es que nuestra ancla más importante es la relación con la ciudadanía. Si desarrollamos una relación cercana, para el bienestar de la población y no de la política, y si tratamos de darle seguridad a la gente de que nos vamos a ocupar de ellos, la oposición sea cual sea va a tener una mirada mucho más razonable. Dentro del peronismo, se va construyendo un sector que es mucho más proclive a acompañar y darle gobernabilidad a nuestro staff de gobierno y al Presidente, porque ya tomó el pulso de la situación. Hay todo un sector que quiere hacer una agenda constructiva y hacer leyes. Hay un sector que es más proclive a la pelea, más kirchnerista extremo, que es mucho más cercano a la ex presidenta, que no está con la misma vocación. Pero mientras sigamos anclando en la ciudadanía, creo que ellos van a quedar muy fuera de la representación política.
En los últimos años la figura del vicepresidente siempre ha sido incómoda. Renuncian, se pelean con el Presidente, son perseguidos por la justicia. ¿Cómo cree que va a terminar usted?
Nosotros arrancamos con una ventaja y es que la relación que tengo con Mauricio está basada, no solo en un trabajo conjunto complementario, sino que además nos hemos hecho muy amigos. Esto ayuda muchísimo. Está muy probada nuestra relación. Seguramente la vicepresidencia será una institución que podremos reivindicar.
¿Cree que es posible la extradición del chileno Galvarino Apablaza?
Vamos a estudiarlo, revisarlo. Es lo que estamos haciendo ahora. Lo que vamos a hacer es siempre intentar construir una salida que nos permita sortear este obstáculo y llegar a buen puerto. Hoy el buen puerto es la extradición. Estamos estudiando cómo llegar a eso y satisfacer la necesidad del pueblo chileno. Como recién estamos viendo ese tema, no puedo decir si va a ser así absolutamente. Sí queremos ponerle toda la voluntad para llegar a un acuerdo.
¿Una de las prioridades de Mauricio Macri es impulsar su figura como un líder de la derecha en la región?
No, no en el sentido ideológico. Nosotros tenemos, a diferencia de Chile, una situación bien distinta con los partidos políticos, porque los partidos no son ideológicos. La política no está atravesada como la chilena por las ideologías tradicionales. Para nosotros no es importante liderar desde ese lugar. Los problemas de la gente no son ni de derecha ni de izquierda. Los derechos humanos son de América Latina y si un país los está violando, porque tiene presos políticos, nos vamos a oponer, sea de derecha o de izquierda.
