Monotributo: especialistas aportan críticas y claves para reconvertir el Régimen Simplificado

Impuestos 20/11/2025.- Los expertos consultados por este medio coinciden en que es necesario introducir cambios para lograr mejorar y potenciar el sistema para pequeños contribuyentes

La noticia corrió como reguero de pólvora. Unas horas después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, asegurara ante empresarios que pensaban eliminar el Monotributo, la novedad estaba en todos lados.

Las aguas quedaron divididas claramente. Por un lado, estaban sus defensores, unos 3 millones de pequeños contribuyentes que encuentran una solución al cumplimiento de sus obligaciones fiscales.

Y, por el otro, sus detractores, que son quienes aseguran que se trata de una herramienta que no es utilizada de manera correcta en la actualidad y que genera lo que se denomina «enanismo fiscal».

Si bien con el paso de los días la noticia perdió fuerza (los funcionarios oficialistas salieron a opinar por la positiva, que es adecuar el Régimen Simplificado, y no a eliminarlo), lo cierto es que sirvió para abrir el debate.

En este escenario, El Economista consultó con diversos especialistas que dieron su veredicto sobre los motivos que lo convierten en un problema, las razones por las que lo dejarían y los cambios necesarios para que sea funcional.

Serias sospechas de evasión

Uno de los que se manifestaron de manera crítica fue Daniel Guillermo Pérez, quien aseguró que el Régimen Simplificado, tal como está ahora, es el mejor ejemplo de lo que se denomina «enanismo fiscal».

Para graficar esta situación, primero analizó las 4 primeras categorías y las comparó con el salario promedio de la economía registrada que surge del Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).

Explicó que si a los ingresos máximos de cada uno se le resta el valor de un alquiler -considerando también los máximos computables-, el neto estaría por debajo del sueldo medio RIPTE (que a septiembre fue de $1.551.831,75) en las categorías A, B y C; mientras que quedaría levemente por encima de la D.

 

«Esto demuestra que -en realidad- el régimen en estructura está subsidiando a determinados individuos en clara distinción con los sujetos del régimen general. Esto vulnera los principios de equidad e igualdad desde el punto de vista tributario», resaltó.

Pero fue más allá. Considerando que el valor del salario promedio se eleva a $1.939.790 si se le suman contribuciones del 25%, queda a la vista que le resultaría imposible mantener trabajadores en relación de dependencia registrados.

 

«Incluso, aunque calculemos un salario menor», explicó y añadió que, sumando otros costos como el de los productos o servicios, «vemos claramente que la ecuación desde el punto de vista económico es carente de toda razonabilidad».

Por último, añadió que el 72,3% de los empleadores registrados en ARCA (unos 380.000) pertenecen a la categoría de micro emprendimientos, que poseen hasta 7 trabajadores.

«Esto quiere decir que muchos monotributistas pueden ser empleadores ‘encubiertos’, dado que, tal como explicamos con los ejemplos, resulta inviable mantener personal en relación dependencia en forma registrada», sostuvo.

Pérez aseguró que «es elocuente que este régimen subsidia a una cantidad de sujetos tributarios (que cada vez son más) en detrimento del resto de los contribuyentes; sobre todo los trabajadores autónomos que se encuentran en el Régimen General».

«Con este subsidio encubierto se genera evasión impositiva que, aunque el sistema pueda reputarla como menor incide en la vulneración de los principios de igualdad y equidad tributaria», añadió.

Y concluyó: «Es muy posible que, además se esté generando empleo encubierto, con las secuelas de falta de protección de los trabajadores y evasión de los tributos de la Seguridad Social».

Tres factores para dejarlo

Por su parte, el socio de Expansion Business Diego Fraga no sólo se manifestó a favor de mantener el Monotributo, sino también de ampliarlo y mejorarlo. Y explicó las tres razones que justifican su postura.

En primer lugar, aseguró que se trata «del único régimen más o menos amigable que tiene el pequeño contribuyente, ya que en una sola cuota se pagan IVA, Ganancias y los aportes».

El especialista aseguró que, en caso de que lo eliminen, los monotributistas caerían en «un sistema pensado para empresas de cierta envergadura, con liquidaciones complejas, retenciones, percepciones y una carga administrativa que no pueden manejar».

Desde su perspectiva, tener que afrontar el pago de los impuestos a las Ganancias y al Valor Agregado y, sobre todo, de todo tipo de pagos anticipados (retenciones, percepciones, etc.) empuja a las personas a operar en las sombras.

«Estos cobros anticipados mandan al contribuyente al peor de los infiernos fiscales, transformando muchas veces a los contribuyentes en eternos acreedores del fisco», sostuvo y añadió: «Esto lleva, indefectiblemente, a la proliferación de la informalidad».

En segundo lugar, Fraga aseguró que el salto de Monotributo a Responsable Inscripto puede resultar un abismo, ya que sube la carga efectiva y se dispara la burocracia. «En un país con tanta economía informal, pegarle al régimen más sencillo es pegarle al eslabón más débil», resaltó.

Por último, el socio de Expansion Business aseguró que el problema de fondo del Régimen Simplificado no es tributario, sino previsional. «Es demencial que hagan falta casi 20 monotributistas para financiar una sola jubilación», dijo.

Y agregó que «ahí está el verdadero agujero: el esquema previsional de Monotributo no cierra actualmente por ningún lado y es lo que interesa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Gobierno».

Un nuevo modelo

En una línea similar se manifestó Alberto Mastandrea. El socio de BDO Argentina sostuvo que el sistema debería existir, aunque aclaró que «no implica que el Monotributo, tal como está diseñado hoy en la Argentina, sea el modelo adecuado».

Desde su mirada, el esquema actual se volvió complejo, rígido y poco intuitivo. Tanto que, en la práctica, obligan a los contribuyentes a contar con asesoramiento profesional. «Ese es un síntoma claro de que la simplicidad original se fue perdiendo», indicó.

«Un pequeño contribuyente debe verificar de manera permanente parámetros de facturación, límites físicos, topes de gastos, categoría, exclusiones automáticas y una serie de obligaciones formales y sustanciales», ejemplificó.

Sin embargo, coincidió en que el camino está en mejorarlo. «El régimen debería integrar de manera más armónica los tributos nacionales y provinciales, evitando superposiciones y disparidades entre IVA, Ganancias e Ingresos Brutos», indicó.

Y agregó: «Sobre todo debería existir un puente real entre el régimen simplificado y el régimen de autónomos, que hoy funciona como un salto al vacío: el costo impositivo y administrativo al pasar al régimen general es tan brusco que genera incentivos a la informalidad o a mantenerse artificialmente».

Mastandrea entiende que «la informalidad en la Argentina sigue siendo elevada y, por esa razón, los regímenes simplificados cumplen un rol estratégico: son una puerta de entrada a la formalización, no un refugio permanente».

Por este motivo, cree que debe convertirse en «un mecanismo para que miles de contribuyentes puedan integrarse sin que la carga administrativa los expulse desde el inicio».

Al ser consultado sobre las modificaciones que deberían realizarse, Fraga apuntó a una reforma que incluya una ampliación del sistema, una reformulación del aspecto previsional y sumar un Monotributo para compañías.

La idea sería «crear un régimen simple para microempresas y sociedades chicas, con tope de facturación y de nómina, que paguen también una cuota integrada (IVA + Ganancias + contribuciones) con contabilidad hiper simplificada», concluyó.

Por su parte, Mastandrea sostuvo que cualquier rediseño debería abordar un punto: los límites a la deducción de monotributistas no recurrentes. «Son restricciones que distorsionan decisiones económicas y no responden a una lógica moderna de tributación», manifestó.

Y, para concluir, afirmó que «es necesario modernizarlo, alinearlo con estándares internacionales -como los sistemas por módulos o franquicias vigentes en España- y transformarlo en un verdadero instrumento de inclusión fiscal y formalización económica«.

Habrá que ver qué sucede con la tan esperada reforma impositiva que confecciona el equipo económico en estricto secreto y cuál será el devenir que tendrá el proyecto en el Congreso de la Nación.

Fuente: El Economista.

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