Datos duros que preocupan
En lo que va de 2025, el precio del kilo de pan aumentó alrededor de 12 % solo en abril, empujado por la suba de la harina, los huevos y, sobre todo, por el costo de los servicios como luz, gas y combustible. En algunas zonas del país, el kilo ya supera los $4.000.
La situación golpea tanto a consumidores como a comerciantes: más de 1.400 panaderías cerraron en los últimos meses, incapaces de sostener márgenes mínimos de ganancia en un contexto de costos crecientes y consumo en retroceso.
🌡️ El pan como termómetro económico
El pan no es un producto más: es parte esencial de la Canasta Básica Alimentaria medida por el INDEC. Su precio funciona como indicador del poder adquisitivo real de los hogares.
Cuando el pan sube, no solo se encarece un alimento; se recalienta toda la estructura de costos domésticos.
El hecho de que en barrios populares las familias tengan que reducir la compra de pan diario es una señal directa de que la inflación ya no se expresa en porcentajes abstractos, sino en menos comida en la mesa.
Cuando el pan sube, no solo se encarece un alimento; se recalienta toda la estructura de costos domésticos.
El hecho de que en barrios populares las familias tengan que reducir la compra de pan diario es una señal directa de que la inflación ya no se expresa en porcentajes abstractos, sino en menos comida en la mesa.
🎩 Una mirada histórica
Hace apenas una década, el pan representaba uno de los alimentos más baratos en proporción al salario mínimo. Con un día de trabajo, se podía comprar más de 30 kilos de pan. Hoy, con el mismo ingreso, esa cantidad se redujo drásticamente: apenas alcanza para unos pocos kilos.
Este contraste refleja un deterioro que no se mide solo en precios, sino en confianza y hábitos culturales: el pan dejó de ser un producto que se compra sin pensar, para convertirse en una compra que se calcula con precisión.
💸 Factores detrás de la suba
- Harina y trigo: El valor internacional y las distorsiones en la cadena local elevan el costo base.
- Servicios y energía: Gas y electricidad impactan de lleno en el proceso de horneado.
- Transporte y logística: El precio del combustible encarece cada traslado, desde la harina al pan terminado.
- Demanda en baja: Paradójicamente, cuanto menos se compra, más suben los precios unitarios para sostener la rentabilidad de los comercios.
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Comparaciones internacionales
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En países vecinos como Uruguay o Brasil, el pan también es un indicador social. Pero la diferencia es que, aunque el precio sube, el poder adquisitivo no se erosiona tan rápido. En Argentina, la brecha entre ingresos y costos convierte a este producto universal en un lujo relativo.
💌 ¿Qué significa para nosotros?
El pan no es solo harina, agua y levadura. Es historia, cultura y economía condensadas en un mismo producto. Su precio nos habla de la inflación, de la presión impositiva, de los costos energéticos y, sobre todo, del bolsillo de millones de familias.
Cuando el pan se encarece, no se resiente solo el desayuno o la cena: se resquebraja un símbolo de identidad compartida.
Fuente: www.notion.so