«No acompañamos ni acompañaremos la instalación de bases militares ni radares que puedan ser funcionales a intereses británicos en el Atlántico Sur», manifestó Melella en sus redes sociales y aclaró que no recibió pedido formal alguno de audiencia con el oficial norteamericano.
Luego de su paso por Buenos Aires, donde lo recibieron el presidente Javier Milei y el ministro de Defensa, Luis Petri, entre otros oficiales de alto rango, Hosley viajó a territorio fueguino para visitar la base naval en las afueras de Ushuaia con el objetivo de avanzar en el proyecto de Washington de usar esa estratégica zona como trampolín hacia la Antártida, entre otros intereses.

En su alianza con Washington, Milei le dio la oportunidad para colocar allí tropas, preámbulo que inició al acompañar a la ahora general retirada Laura Richardson -entonces jefa del SouthCom- a la austral ciudad en abril de 2024.
El gobernador de Unión por la Patria en otro mensaje en X señaló que todavía esperan explicaciones por los «ejercicios conjuntos que realizó Estados Unidos con Reino Unido en 2021 y por los dichos sobre nuestros recursos naturales».
Sobre ese punto, recordó que incluso «introdujeron un submarino nuclear en nuestras aguas, y tampoco hemos escuchado una retractación respecto a la afirmación de la General Richardson cuando dijo que los recursos naturales sudamericanos pertenecen a Estados Unidos».
«Defender la soberanía no es un eslogan. Es una responsabilidad y no vamos a claudicar», planteó Melella.
El gobierno de Milei le dio el aval al Pentágono para construir una base naval integrada y un polo logístico antártico, que forman parte de un mismo proyecto en fases, según fuentes del Ministerio de Defensa citadas por el diario La Nación.

La proyección es edificar el polo logístico entre las bahías Golondrina y Ushuaia, donde se emplaza la actual base naval argentina, que se relocalizaría “con un desarrollo más apropiado a los desafíos actuales”, dijeron las fuentes.
En su rechazo el gobernador Melella sostuvo que “Tierra del Fuego es una zona de paz y no necesitamos bases militares extranjeras, que además incumplirían resoluciones de las Naciones Unidas que hoy citamos en nuestra cruzada por Malvinas”.
Sindicatos y otras organizaciones fueguinas, así como figuras políticas y de la intelectualidad argentinas han rechazado tales planes, y sostienen que el ejecutivo no puede avanzar con ellos sin la aprobación del Congreso de la Nación.
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