Si te dicen que al refinanciar la deuda de tu tarjeta de crédito en 9 meses con 3 de gracia vas a pagar $147 cada $1000 de refinanciamiento, ¿te parece conveniente la propuesta? Pero si para la misma refinanciación te dicen que cada 10 mil pesos de cuota vas a pagar $4.300 de intereses, ¿te continúa pareciendo conveniente la propuesta? Si bien ambas cosas son iguales, para la gente la primera opción pareció buena pero la segunda no.
Olvido
Desde abril la gente se olvidó de esa deuda, siguió consumiendo con su tarjeta (prueba de eso es que en julio creció 7% la deuda por tarjetas) y las cuotas comenzaron a llegar inesperadamente, cuando la cuarentena no finalizó, los ingresos no se recuperaron, las deudas crecieron y la recesión continúa. Ese fue el segundo error: los bancos debieron avisar ya desde junio que en agosto tendrían que pagar.
Es que la postergación de esa deuda quedo en el olvidó, y las familias no se prepararon para enfrentar desde agosto los pagos del resumen por gastos de julio más los pagos cuotificados del refinanciamiento. Incluso cuando se les refinanció estaban en mejor situación que ahora para pagar, porque las deudas no habían crecido tanto, había todavía ahorros, y los despidos y cierres de empresas recién comenzaban.
El tercer error fue la refinanciación automática al día de vencimiento porque no dio tiempo a los titulares de tarjetas que venían con retrasos a no elegir esa opción. Una vez que entraron, pocos salieron.
Después están los bemoles. Por ejemplo, por los 3 meses de gracia hubo que pagar intereses, cosa en la que el BCRA tampoco fue claro desde el inicio. Cuarto error. Sobre una deuda de $100 mil, cada mes de gracia significó $4.300 de intereses. Eso fue prorrateado en las 9 cuotas, encareciendo el crédito.
Otro punto raro, es que el interés sobre los 12 meses lo calculan sobre la deuda inicial total y no sobre la deuda que va quedando en la medida que se va cancelando. Así, al final de los 9 meses, el refinanciamiento resulta en una tasa del 52% y no del 43%. Tampoco eso quedó claro desde el inicio.
Vayamos a un caso: alguien que refinanció $100.000 pagará durante 9 meses cuotas de $15.900 aproximadamente, incluyendo capital e impuestos. Al final del periodo habrá pagado en total $143.100, es decir 43% más de los $100 mil que se refinanciaron. Pero si los intereses se calcularan sobre el stock de deuda que va quedando (todos los meses al pagar algo la deuda baja) a los 9 meses se habrán pagado $129.505, es decir, $13.595 menos de intereses que en el cálculo actual.
Los inconvenientes siguen. Según lo dispuesto por el BCRA los bancos deben cobrar en cada resumen por intereses e impuestos no más del 43% del capital a pagar en el mes. Es decir, si la cuota es de $10.000, no más de $4.300 de intereses e impuestos. La sorpresa fue que algunos resúmenes llegaron con cuotas más elevadas, perturbando más a un deudor ya perturbado.
¿Qué se puede hacer ahora? Porque esta situación seguirá por 8 meses más y el malestar y la preocupación será duradera para los 2,5 millones de titulares que se estima entraron en la refinanciación.
Para evitar abusos de los bancos hay que informar bien cómo y cuándo reclamar. Para bajar el peso de esa deuda, estirar los plazos como proponen los bancos no parece buena opción, porque los intereses seguirán corriendo sobre la deuda inicial. Eso hoy es muy caro.
Hay otras opciones para analizar: el Gobierno podría sacar el IVA a los intereses de esas deudas refinanciadas, los bancos amortizar las cuotas calculando los intereses sobre el saldo que va quedando y no sobre la deuda inicial, y bajar para esas deudas la tasa de 43%. Serían soluciones parciales que, aunque alivian no resuelven la situación financiera de las familias. Eso llevará más tiempo.
Economista, investigadora de la UBA.
Fuente:ambito.com