“La política de la Isla tiende a ser salvaje”, consideró hace un tiempo, en una charla privada, la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone. No se refería a sí misma, pues ningún político se incluye en un comentario crítico. Pero la pérdida de buena imagen, con el crecimiento inverso del intendente Gustavo Melella, alcanzó para crisparle los nervios a la kirchnerista (su partido sigue siendo el Frente Para la Victoria) que -curiosamente- está entre los 5 gobernadores de la oposición que mejor se lleva con el gobierno nacional de Mauricio Macri.
En julio de 2018, un monitoreo de opinión pública -realizado entre el 13 y el 18 de ese mes- reveló que el 41% de los consultados votaría a Gustavo Melella para que sea el próximo gobernador, mientras que sólo el 18,3% lo haría por Rosaba Bertone. A su vez, en un escenario de balotaje, el intendente de Río Grande le ganaría tanto a la gobernadora kirchnerista (53% a 30%), como al hombre de Cambiemos Héctor “Tito” Stefani, que probablemente termine siendo compañero de fórmula de Melella.

Tras conocerse esta encuesta, la subsecretaria de Planificación Educativa, Claudia Inés Castiglioni, envío una carta a todas las “supervisiones generales y direcciones” de escuelas estatales para que todo “el desarrollo de actividades que involucren” a “estudiantes, docentes y comunidad en general” sólo puedan ser realizadas con previa autorización de “esta subsecretaría al día de la fecha”.
En la comunidad educativa estatal de Tierra del Fuego, la misiva despertó sonrisas de burla y enojos. Estos últimos, especialmente tras leer el último párrafo: “El Ministerio de Educación debe mediar toda actividad educativa que la institución implemente, asegurando a la comunidad que las acciones de contenidos educativos y propuestas que ingresen desde toda otra organización estén en línea con las políticas educativas que se llevan adelante”.
El corazón de la cuestión está en prohibir actividades autónomas de “toda otra organización o institución que no sea del gobierno de la provincia (fundaciones, asociaciones, municipalidades, etc.)”. El tema es que Melella, antes de dedicarse plenamente a la política, ejerció como profesor de filosofía, y reivindica su vocación de educador.
Ratificar la prohibición
Javier Fourastie, el supervisor general de Educación Secundaria de la provincia, quiso saber si la prohibición abarcaba el nivel educativo que está a su cargo. Fourastie es un educador respetado tras su paso por el colegio secundario “Los Andes”.
Ante la consulta, su superior jerárquica, la directora de Educación provincial Gloria Patricia Pereda, respondió que “de realizarse salidas, visitas o charlas educativos sobre las temáticas que sean necesarias, sugiero que las unidades educativas lo soliciten en lo posible, a las diferentes áreas o departamentos de los ministerios o secretarías del gobierno de la Provincia”.
Tanto esta nota, como la que estableció la prohibición general, fueron celosamente guardadas por los laderos de Bertone, que no querían su difusión. “Había mucho hermetismo y temor entre los docentes. Pero ahora que el gobierno provincial comenzó a despedir personal administrativo, puede más la bronca que la paralización”, le contó un docente a Minuto de Cierre.
Fuente:minutodecierre.com