De ahí que en términos de ingresos, el relevamiento de precios y de gastos de los hogares, surge que en línea con el también se habría desacelerado la tasa de baja de los indicadores de pobreza e indigencia.
En febrero una familia integrada por dos adultos y dos menores necesitó un ingreso mínimo diario de $233 para no ser indigente y $584,60 para no estar debajo del umbral de pobreza
«La variación interanual de la CBA y de la CBT resultó del 24,2% y 28,3% respectivamente», informó el Indec. En el primer caso se encareció un punto porcentual menos que la tasa de inflación general, pero en el segundo, por el contrario, subió tres puntos porcentuales más.
Efectos sobre los índices de pobreza e indigencia
Dos componentes son claves para que el indicador de de la población que registró el Indec desde el segundo semestre de 2016: que la canasta básica total de alimentos y serviciossuba menos que el promedio de precios de toda la economía, porque es el factor de ajuste de las jubilaciones y de los planes sociales, como la Asignación Universal por Hijo; y que crezca el empleo neto, en particular en blanco y en relación de dependencia.
Desde el último trimestre de 2017 se quebró el proceso de desinflación y se aceleró el aumento de las canastas de pobreza e indigencia
Esos dos prerrequisitos se cumplieron hasta el tercer trimestre de 2017, esto es hasta la mitad del segundo período que se toma como referencia para medir la pobreza y la indigencia.
Pero desde octubre de 2017 el valor del umbral de pobreza se aceleró, como la inflación, pero a mayor ritmo; mientras que el empleo se mantuvo expansivo, pero de la , principalmente en condición de monotributista y monotributista social, con ingresos inferiores al de un asalariado medio.