En muchos países el 1 de Mayo es una fecha de celebración. Sin embargo, quienes vivimos en Tierra del Fuego debemos ocuparnos de revisar las causas por las que muchos fueguinos perdieron su derecho al trabajo en los últimos meses.
Nuestra provincia registra una notable baja del consumo, paralización de la obra pública y privada, aumento de suspensiones y despidos en las fábricas, cierre de comercios, precarización en las condiciones de trabajo, y sobre todo el temor a perder el empleo, además del retraso salarial crónico que ha dejado al ingreso detrás de la inflación interanual.
Quienes conducen los destinos del país sólo han dado a conocer anuncios y esperan pasivamente una “mágica mutación” de la matriz productiva hacia otros rubros, sin proponer iniciativas concretas, despreocupándose por la vida cotidiana y sin tomar registro de que en ese mientras tanto no sólo han resignado salarios, sino que también empleos y por ende futuro.
Los últimos datos oficiales ubican a Tierra del Fuego como la provincia con mayor pérdida de puestos de trabajo en el sector privado llegando casi a un 13 por ciento, con una profunda recesión en las principales actividades económicas y una alarmante caída en la utilización de la capacidad industrial instalada que, en el primer trimestre del año, fue de casi el 60 por ciento.
La crisis laboral se arraigó por impericias locales, por la retracción del consumo con base en acuerdos paritarios por debajo de los índices de la inflación, por la apertura de importaciones y por una política económica de ajuste recesivo que impacta en el trabajo formal y el salario real.
Para ECoS, reivindicar el 1 de mayo es conmemorar la lucha de los trabajadores por sus derechos; es resolver la desigualdad en la remuneración por el mismo trabajo entre hombres y mujeres; es resolver la recesión; y revertir el proceso de empobrecimiento que desde hace poco más de un año hace estragos en las familias fueguinas.