Aun así las respuestas no aparecen por parte de esa sociedad, reina el silencio de los perjudicados y de lso aplaudidores y aquí un punto y aparte, ¿Qué es lo que hay que aplaudir?, porque para algunos “no se aplaude lo que no hay que aplaudir”, pero esos mismos te piden que aplaudas cada estupidez o cada nimiedad que uno puede llegar a sentirse patético de solo pensarlo.
La crisis nos ha rodeado en todos los ámbitos, sin embargo y ante acuerdos salariales como los arribados entre ATE y el gobierno provincial, no se levanta una sola voz de crítica, aun cuando se trate de un delito. Sacarle plata a un trabajador porque no está afiliados a un gremio para dárselo a quienes si lo están, es por lo menos una retención indebida de fondos.
Ahora bien tampoco las masas populares se movilizan por los 6 mil despidos en las empresas electrónicas, ni por el paro docente, ni les importa cuánto ganan los docentes y si sobreviven o no con lo que ganan.
Voy a insistir una vez más con “el sálvese quien pueda”, aunque acá no se está salvando nadie, pero aun así, el parecer puede más que el ser y está todo el mundo endeudado hasta el cuello, las redes sociales están llenas de avisos donde se venden desde zapatos usados, camperas, autos, planchas y lo que se les ocurra, cuando no se escapan a Punta Arenas a dejar miles de pesos en cosas que aquí cuestan el 50 % más, y ahí tampoco hay queja, se dejan endulzar los oídos por los empresarios y comerciantes locales que obtienen ganancias de hasta un 300 % y todo sigue sin cambiar. La política de precios acordados, no da el resultado esperado porque a la gente no le importa, siquiera cuanto es la diferencia entre un precio y otro y además porque quienes se lo explican no tienen un fundamento teórico para hacerlo.
Escuche atrocidades respecto del anuncio del “plan un millón de autos”, nadie pudo ver más allá de cuantos se iban a vender en Tierra del Fuego y a qué precio.
Estamos en el siglo XXI en un mercado global, con un mercado interno destrozado, el consumo por el piso, la recaudación en el mismo nivel y no podemos dejar de ver que es lo que pasa en la provincia, no podemos salir de los tres vértices de la isla, y ver más allá.
¿Qué nos pasa a los fueguinos?, desde el proyecto de vida de Estabillo para acá pasaron 5 gobernadores y seguimos con los mismos problemas, el agua, el transporte, los salarios, el presupuesto, la coparticipación, las regalías y el Fondo Residual, sin embargo hemos naturalizado las necesidades básicas insatisfechas, es como que ya está, no se puede, y nadie se cuestiona nada, nadie se altera, a nadie le importa aun viviendo en situaciones muy difíciles y en medio de eso, ideas como municipalizar la Margen Sur, peleas institucionales lamentables, batallas mediáticas que no aportan nada, desencuentros absolutamente incensarios, incontinencia verbal sin sentido.
Hemos dejado lo importante detrás de lo urgente y pasan elefantes blancos delante de nosotros y no somos capaces de verlos.
Hay que barajar y dar de nuevo, hay que sentarse a buscar soluciones y no este tipo de acuerdos que lo único que hacen es lesionar la institucionalidad, dejar expuesta la precariedad laboral, y generar aún más inseguridad jurídica de la que ya tenemos y este es el nudo del problema, las inversiones no van a llegar hasta que el régimen se prorrogue por lo menos por 50 años, pero somos nosotros los que tenemos que ir por él, y no esperar a que nos lo traigan. Estamos muy cómodos esperando que Macri tome decisiones por nosotros, aplaudiendo o no las políticas nacionales y la provincia no está pasando por su mejor momento. Pero algo es claro, mientras nadie se queje, todo seguirá igual en todos los ámbitos, pero si la economía no funciona, no funcionara nada, eso también es claro.
Armando Cabral
