Si bien generalmente las infecciones por HPV no producen ningún síntoma, razón por la cual un alto porcentaje de las mujeres supera la infección sin siquiera saberlo gracias a las defensas del organismo, sí son muy fáciles de contagiar: por contacto genital, aclaró el especialista.
El examen ginecológico es fundamental para poder detectar a tiempo cualquier anomalía, y por eso cumplir con los programas de revisión es la mejor manera de proteger la salud.
“Esto es vital porque en algunos casos la infección puede hacerse crónica y si no se controla convertirse en cáncer. Para evitarlo disponemos de las pruebas de detección precoz Papanicolau y Test de HPV, que permiten la detección a tiempo de lesiones precancerosas. Esta estrategia se denomina prevención secundaria, más allá de que por supuesto contamos además con la vacunación (prevención primaria)”, detalló Balparda.
La vacunación protege frente a ciertos tipos de HPV, responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello del útero. Está indicada a partir de los 9 años, es segura y necesaria en sus 3 dosis para una protección completa.
Menores de 21 años
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No realizar screening
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Entre 21 y 29 años
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Pap cada 3 años
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Entre 30 y 65 años
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Cotesting cada 3 años Pap y HPV Test
o pap cada 3 años (Nivel de evidencia A) |
Mayores de 65 años
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Discontinuar el screening con 3 pap negativos en los últimos 3 años
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Hospital Universitario Austral