Exclusivo Ricardo Rouvier: Algunas consideraciones sobre la coyuntura.

Lun 18/04/16 .- Ricardo Rouvier, sociólogo y consultor político analiza para La Licuadora, la coyuntura nacional y pone blanco sobre negro en lo referido a la vuelta de Cristina Kirchner al ruedo político, la actitud de los gremios nacionales, los dirigentes de peso que aun la acompañan y la bisagra entre kirchnrismo y peronismo.

  • En momentos en que escribimos estas notas se produce la presentación de CFK ante el Juez Bonadío, respecto a la causa por la venta de dólares a futuro, esta citación fue precedida por el ex Ministro de Economía y el ex Pte. del BCRA. La presentación de CFK se convirtió, como era de esperar, en un acto político en el que el kirchnerismo demostró su capacidad de convocatoria y movilización, reuniendo una multitud de simpatizantes, militantes y dirigentes del espacio peronismo / kirchnerismo.
  • Paradójicamente, Bonadío -y podríamos agregar también al Gobierno Nacional- colaboraron en la construcción de esta oportunidad que reposicionó a CFK como referente del kirchnerismo y de la política nacional.
  • A la convocatoria, frente a los tribunales federales, asistieron algunos dirigentes peronistas, pero no todos; algunos gobernadores y legisladores dieron un apoyo declarativo a la ex Pta. pero no se hicieron presentes. Urtubey fue el dirigente que se manifestó más claramente lejano con CFK. Tampoco estuvo el grueso de las CGT, salvo la presencia aislada de algún gremio.
  • Señalamos y reiteramos lo dicho en otras oportunidades, la capacidad de convocatoria, que tuvo a La Cámpora como organizadora (al punto inclusive de reemplazar al Estado en lo que hace a la seguridad personal), no supone necesariamente capacidad electoral que garantice el éxito en una competencia, sin desmerecer lo que significa ser una minoría activa.
  • Fiel a su estilo, CFK en forma contundente cuestionó a sus opositores y detractores, al Juez Bonadío, a los medios de comunicación e, inclusive, aludió a la situación judicial de Macri. En términos políticos, excepto confirmar su retorno, cosa que nunca estuvo en duda, se destacó su llamado a la constitución de un frente de oposición. Como sabemos este es un tema crítico en el kirchnerismo, y es crítico porque durante estos años careció de una institucionalidad que mediara entre el liderazgo y la sociedad. La fuerte verticalidad, congela la actividad de los dirigentes de menor rango, que quedan suspendidos a la espera de las instrucciones de la conducción.
  • En esta oportunidad, entendemos que CFK lo lanzó por la necesidad que tiene de ampliar las bases consensuales y acercar su fuerza a una mayor competitividad electoral. Pero, quedó claro una vez más que la metodología y acciones organizativas quedan en manos de las bases; una configuración orgánica, que tendría, lógicamente, a CFK en el vértice superior de la jefatura.
  • Por otra parte, y visto desde una óptica institucional, el país atraviesa una situación crítica de la dirigencia política en su conjunto ante la sociedad (mayoría silenciosa). Las denuncias cruzadas de corrupción,  estimuladas por un poder judicial que busca reinstalarse y volver a empoderarse ante el retroceso sufrido en los últimos años, genera desasosiego en la población. Es cierto que la exhibición voluminosa de dinero extranjero es una verdadera obscenidad, pero esta difusión tiene por objetivo, consciente o inconscientemente,  disminuir las posibilidades de la política.
  • Hay un debilitamiento general de la política frente a la extemporaneidad de la justicia en su estado mediático. El delito, lo escandaloso, supera las energías que diariamente el pueblo pone en ejecución en sus afanes cotidianos. Es como si lo único productivo de nuestra sociedad fuera la estafa, la avivada, el robo, la mentira. Esto es lo que trasmiten nuestros medios de comunicación y, de este modo, construyen subjetividad en línea con el Cambalache discepoleano. Pero no lo inventan, el hecho de que lo editen, lo magnifiquen no significa que eso que vemos o escuchamos es una ficción.
  • Si bien no podríamos anticipar una repetición de lo vivido en el vínculo entre sociedad y política en los años 2001/2, podemos anticipar sin equivocarnos que estamos en el túnel que desemboca en “Que se vayan todos”. Pero, nos parece difícil que se repita semejante defección de la clase política.
  • Además de las cuestiones institucionales en donde la política ha perdido su capacidad rectora sobre la comunidad, su posibilidad prospectiva y su destino de bien común; se agregan, para colmo de nuestro pueblo, una feroz embestida de los mercados contra los ingresos, sobre todo de los que menos tienen. Es decir, se debilita la República, y se debilita la democracia social que busca equidad y fortalecimiento de las organizaciones. Para Macri el futuro es el segundo semestre, mientras que el kirchnerismo-peronismo hizo mucha comunicación oficial y campaña sin hablar del futuro. El futuro es algo inexistente para la clase política nacional.
  • Se incrementan las brechas sociales, la pobreza y la desigualdad. Retrocedemos, pero la verdad que esta marcha atrás no comenzó el 10 de diciembre, veníamos frenando antes. Eso sí, ahora Cambiemos le da cobertura lógica-ideológica a las herramientas utilizadas: el neoliberalismo. El kirchnerismo en cambio, ha negado muchos de los problemas, en aras de la ideología del relato.
  • La recuperación de la tasa de ganancia de los empresarios, sobre todo de los grandes y extranjeros es una acción privilegiada sobre los salarios e ingresos de nuestros trabajadores, jubilados y pensionados. Ellos formulan nuevamente la teoría del derrame, nosotros decimos que vamos al abismo. Algunos, en el kirchnerismo predicen (sin precisiones) la caída del gobierno de Macri, e inclusive eso se festeja. Hay que avisarles que nadie hoy puede capitalizar un acontecimiento semejante; y además está la República, y el recuerdo de los 36 muertos cuando se fue De la Rúa.
  • Si vamos a hablar de la corrupción, no desde la moralina liberal, sino desde una perspectiva realista y nacional popular, debemos primero desentrañar los intereses sectoriales políticos o económicos minoritarios cuyo objetivo, en nombre de la moral pública, es la derrota de la pretensión de justicia social e igualdad. Una manera de sabotear al campo popular es señalándolo como inmoral, y de este modo deslegitimar sus expresiones.
  • Para ello las corporaciones, utilizan la debilidad humana ante lo patrimonial que existe en cualquier espacio político-ideológico; o la construcción de culpabilidades a partir de lo que dicen sus propios medios de comunicación. Lo hacen aplicando paradigmas éticos sobre lo público que no aplican en sus emprendimientos anónimos, cuyo destino es acumular riqueza por encima de sus semejantes; para diferenciarse y superarlos. Los fines de desigualdad se naturalizan mientras culpan a la política por corruptible. En esa lógica, abrir una cuenta/sociedad en el exterior, se justifica  como un hecho “defensivo” ante las recurrentes devaluaciones de nuestra moneda nacional, buscando asegurarse en posiciones monetarias más consolidadas y  eludiendo al Estado Nacional.
  • Sus responsabilidades sociales como empresarios no existen. Y cuando ejercen la función pública tienden necesariamente a privatizar todo lo que pueden; y a otorgar culturalmente un “permiso” a los individuos poderosos como ejemplaridad del progreso. El resto: los pobres, los indigentes, son destinatarios del Estado, o de la caridad, de la benevolencia como responsabilidad de la comunidad.
  • La negación a un proyecto progresista o popular, se evidencia en que nunca ha estado ni estará en la agenda de Macri, la participación popular, la organización popular, la participación en las ganancias; el empoderamiento de los sectores populares, la autonomía frente a las hegemonías mundiales, etc.  Pero, también decimos, que este listado no ha sido completado entre el  2003/15 y en algún caso, la organización política popular por ejemplo, no ha sido ni siquiera considerada. Y esto se evidencia, dramáticamente, en el carácter insular del peronismo/kirchnerismo y en la debilidad que hoy presentamos.
  • Como era previsible, el apellido Macri está involucrado en actos sospechosos de corrupción. No olvidar lo que pasó hace unos años con la importación de vehículos y el procesamiento que tuvieron Mauricio y Franco Macri. Pero estos emprendedores no sufrieron ninguna discriminación ni en dictadura, ni en democracia. Hicieron negocios tanto con los gobiernos de facto como con los democráticos, y durante esta última década también. Así son los burgueses de un país dependiente, siempre buscando el soporte de los Estados y haciendo negocios bajo su protección. Y esto no distingue una época de otra. Los gobiernos populares, a veces, no logran desmontar el sistema de acuerdos y corruptelas que involucran también a la acción política.
  • El mismo carácter reformista del populismo latinoamericano, obliga a convivir con el enemigo, gobernando con aquellos que sostienen el status quo estructural del régimen (capitalismo prebendario), mientras los cambios sobrevuelan en la superficie.
  • En las filas propias, ante las denuncias, hay una actitud defensiva del proyecto que lleva, muchas veces, a aceptar lo inaceptable; a justificar lo injustificable. Es bueno recordar que en el ideario nacional y popular, los dineros del pueblo (porque son el fruto del esfuerzo generoso del pueblo) son sagrados y aquel que logre usufructuar los mismos con un objetivo individual debe merecer el condigno castigo jurídico y social. Desde el origen del movimiento nacional a la fecha han ocurrido, varias veces, episodios que involucran a quienes no deberían involucrar. Ante los cuales sobreviene el recuerdo de lo que opinaba y proponía como sanción a los corruptos Ernesto Che Guevara; que debería ser una buena guía para aquellos que toman esta cuestión con ligereza o como una “picardía” que exhibe “inteligencia”. Enorme daño se hace al proyecto, a la credibilidad del mismo, ante una sociedad nacional que hay que reconquistar, luego de la derrota electoral.
  • Algunos sobrevaloran la fortaleza del kirchnerismo, aludiendo a que la gran concentración del 9 de diciembre es fácilmente repetible; o que se cuenta, en forma completa, con el consenso electoral del 22 de noviembre. Ambos cosas no son así, y esto debe significar que cualquier emprendimiento futuro (las legislativas 2017) deberán sostenerse en la construcción y el esfuerzo, y en la revisión (no necesariamente una autocrítica pública) de lo actuado.
  • Hoy, estamos en una vertiginosa transición; cuesta calcular los daños en nuestro espacio y en el prestigio del proyecto. En un tiempo más lo sabremos. La focalización sobre Cristina F. de Kirchner tiene por finalidad apuntar al corazón del kirchnerismo desde el 2003 a la fecha. Son varias las causas que la involucran, que están en manos de jueces cuya imparcialidad está puesta en duda, o no hay ninguna duda. Y sobre cuestiones legales, que tendrán su grado de veracidad o de engaño, pero que no pueden evitar las consecuencias políticas de lo que se hace. Está claro, al kirchnerismo hay que hundirlo, y en esto hay ingentes esfuerzos externos, y también alguna ayuda interna por torpeza o por complicidad. La división en los bloques legislativos (nacional o CABA) del kirchnerismo/peronismo, va mostrando que la separación ya afecta la política legislativa y augura un replanteo de las alianzas.    
  • Esta situación se agrava para nosotros porque luego de la entrega del gobierno, fue produciéndose lo que muchos preveíamos; la separación del matrimonio peronismo/kirchnerismo. Hoy el espacio es un archipiélago de diferentes islas, algunas más lejos o más cerca de CFK.  Pero, sin duda que CFK es el fiel de la balanza.
  • La unidad del PJ , es un hecho positivo si evita una intervención judicial, pero es un pequeño paso dado, ya que no ha logrado una unidad real entre el kirchneristas y peronistas y no ha logrado incluir a aquellos peronistas que no están hoy dentro del espacio. Ni Massa, ni De la Sota, ni Solá, ni tantos otros han sido integrados. La actitud de La Cámpora de “estar adentro y afuera” no es positiva para el logro de la unificación del espacio, y si su destino es conducir el FpV con sectores transversales y la dirección de CFK, entonces, estaríamos ante un achicamiento del espacio, una limitación del mismo. O sea, que el k. no se ha integrado al PJ, sino que opera como un observador.
  • La posibilidad de triunfo electoral en el 2017, y obviamente en el 2019, es con la unidad concertada de los sectores. Si esto no se logra, le da aire a un oficialismo que está atravesando un mal momento al descender en la aprobación de su gestión. La caída de la gestión y de la imagen personal del Pte. Macri, no habilita, para augurar ninguna crisis política por el momento. O sea, el gobierno de Cambiemos puede recuperar popularidad siempre y cuando, logre encontrar alternativas reparatorias o compensatorias de la depresión actual. La ilusión del oficialismo está depositada en el segundo semestre del año. Se duda que esto pueda concretarse.
  • No podemos eludir del análisis, la situación de la conducción. O más precisamente de la conducción del espacio por parte de CFK. Hace mucho tiempo que manifestamos la convicción de que CFK es un destacado cuadro político, de coraje, a lo que se agrega su condición de mujer, para simbolizar la igualdad a la que aspiramos; pero no ejerce las funciones de conductora total del espacio,  sino sólo de una parte, lo que invalida esa condición. Su ejercicio parcial, constituye un inconveniente para la construcción unificada del proyecto. Pero, hay que señalar las dificultades objetivas para armonizar a Gobernadores, Intendentes, organizaciones sindicales, movimientos sociales, agrupaciones políticas kirchneristas no peronistas,etc.  Varios de los actores tradicionales del peronismo, como los Gobernadores, algunos Intendentes y las organizaciones sindicales no responden masivamente a la dirección de CFK, aunque ahora se agrupen en su defensa por su situación judicial (también se diferencian según las causas).
  • Entre los dirigentes con peso electoral cercanos a CFK encontramos a Scioli, a Capitanich y algunos intendentes . Sectores más afines a Cristina como La Cámpora, o Nuevo Encuentro, son organizaciones políticas que mantienen un sostenido activismo y presencia, pero no son suficientes para constituirse en una amenaza electoral para Cambiemos.
  • Scioli es el dirigente más fuerte, en términos de potencia electoral que se encuentra dentro del campo de la conducción de CFK.; y pretende ser una bisagra entre el peronismo y el kirchnerismo. No estuvo en el acto de Comodoro Py presa de esa ambigüedad que lo hace ir, a veces, de una punta a otra del espectro político.

 

Ricardo Rouvier

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