La dirigente de ATE que increpó a la gobernadora Fabiana Ríos durante la sesión legislativa realizada en Tolhuin en reclamo de una audiencia, finalmente no concurrió a la cita acordada para el último sábado en la Delegación del Gobierno en Río Grande. Con la actitud demostrada por Yanina Molina, tal el nombre de la sindicalista, quedó más que en claro que “para algunos dirigentes primero está la violencia, y luego o nunca, el dialogo”, advirtieron desde el Gobierno.
Momentos antes de iniciar la histórica sesión legislativa que aprobó el proyecto de Ley de municipalización de Tolhuin impulsado por el Ejecutivo; la dirigente sindical se acercó hasta la Gobernadora insultándola en duros términos, hecho que fue registrado por los periodistas y público presente en el colegio “Trejo Noel”.
Pese a la virulencia con la que se dirigía hacia su persona, la Gobernadora Ríos decidió acercarse y tratar de dialogar con la mujer que visiblemente alterada y sin dejar de proferir insultos, reclamaba ser atendida en una audiencia. Es así que la Mandataria la citó para la mañana del sábado, pero la dirigente sindical no concurrió.
El secretario de Jefatura de Gabinete, Daniel Ravaglia, lamentó la ausencia de Molina, “quien utilizando canales que no son normales para pedir una reunión, esto es irrumpiendo a los gritos e insultando a la Gobernadora en una ceremonia histórica para los tolhuinenses y toda la provincia, consiguió lo que supuestamente quería: una audiencia a la que después no asistió, demostrando así que no tenía ningún interés de dialogar ni de plantear los problemas que la llevaron a la violenta manifestación”.
Aunque «nada va a empañar la fiesta que vivió el pueblo de Tolhuin” continuó Ravaglia, “es difícil de explicar la violencia sin sentido ejercida por parte de la dirigencia de ATE de Río Grande, a la cual evidentemente no le importó ni la alegría de toda una comunidad ni tampoco el dialogo. Muestra de ello es que la señora Molina no asistió a la audiencia otorgada por la misma Gobernadora en el acto, pese a todos los insultos que recibió por parte de esta sindicalista».
«Creo que tanto los legisladores, las autoridades provinciales, municipales de las tres ciudades como los vecinos que se movilizaron en una jornada histórica estuvieron a la altura de las circunstancias, pero algunos inadaptados que pretenden un protagonismo que no tienen fueron a provocar disturbios. Afortunadamente, las medidas de seguridad previstas evitaron consecuencias muchos más graves, como el enfrentamiento entre trabajadores y habitantes de una misma provincia”.
Ante el reclamo de querer “ser escuchados” que permanentemente ATE esgrime como muletilla, Ravaglia reiteró que “la dirigente tuvo la oportunidad de plantear los problemas, pero evidentemente no tenía nada más importante que hacer que sólo insultar y agraviar a la Gobernadora”.
