Estuvieron presentes las autoridades del Sindicato de Prensa, encabezadas por Yolanda Dips, el senador Jorge Colazo; los concejales Esteban ‘Chiquito’ Martínez, Alfredo Guillén y Laura Colazo; los secretarios generales de ASOEM y SATSAID, Gerónimo Ruiz y Eduardo Ibarra, respectivamente; el presidente del Centro de Veteranos de Guerra Horacio Chávez y una gran cantidad de periodistas de medios gráficos, radiales y televisivos.
La encargada de brindar el discurso fue la secretaria administrativa del SIPREN, Lorena Uribe.
Los periodistas ‘Lulu’ Loaces, Diego Zalazar y Florencia Basso, fueron las encargadas de izar el Pabellón nacional, luego de esto, los presentes entonaron las estrofas del Himno nacional.
Luego, Yolanda Dips y el contador Paulino Rossi, procedieron a descubrir una placa de reconocimiento “a los compañeros que con dignidad y compromiso nos precedieron en la construcción del periodismo fueguino”.
Después de esto, se acompañó con un minuto de silencio, a los periodistas fallecidos.
El discurso por el Día del Periodista
“Cada vez que se acerca el día del periodista comienzan inundar las redacciones y los estudios de radios, los mensajes comunes de salutación y esencialmente los juramentos sacrosantos en defensa de una libertad de prensa que no existe para los auténticos hombres y mujeres de prensa”.
“Sí en cambio, está plenamente vigente la libertad de empresa para que los dueños de medios, sobre todo los monopólicos digan y se expresen como se les antoje, presionen, desinformen, mientan, y encima denuncien que esta “en peligro la libertad de expresión”
En realidad, la libertad de prensa, esa que proclamo y grito Moreno en la Gazeta, solo será una realidad constitucional cuando exista la igualdad para cada uno de los ciudadanos. Para que todos puedan hacer uso de ella. Esa que consagra la ley de servicios de comunicación audiovisual, y que justamente hoy todavía el poder de la corporación mediática, impide su vigencia plena”.
“El periodista, se sabe, ansía, lleva en lo más profundo de sí el anhelo de ser testigo y cronista de su tiempo. Pero además enlaza su tarea a una vocación profunda por la verdad. Verdad que sólo puede difundirse en pleno ejercicio de una libertad en la faz personal y colectiva”.
“Pero a esa libertad, que tanto sacrificio y tiempo llevó conquistar en nuestro país, hay que preservarla como un bien social, de los más preciados que poseemos. Es por eso necesario que hagamos un uso responsable de ella. Para esto, la mejor aliada, a la que debemos tener como constante compañera de ruta, es la palabra ética. Una compañera exigente a la que no es fácil conformar. Ética en el ejercicio de una profesión que se nutre del aporte de distintas disciplinas, pero que además se sostiene en un elemento distintivo: la savia de la inquietud y la curiosidad, que vivifica la tarea”.
“Es claro, entonces que, acorde a esa vocación de testigo de su tiempo, los periodistas debemos pulsar profundamente las fibras de la actualidad. Y comprometernos en ella. Sin compromiso no hay salida posible. Pero tampoco la hay sin honestidad y vocación de servir a la comunidad. Y sin independencia de criterios. Aún por encima de posturas personales o intereses particulares o corporativos”.
“Es un anhelo, además, que nuestro rol no quede limitado al de meros cronistas, sino que como agentes activos, podamos contribuir en la generación de actitudes que ayuden a cambiar la cara a una comunidad fragmentada, a veces atravesada por desencuentros que es necesario, imprescindible, comenzar a zanjar. Etapas que debemos dejar definitivamente atrás. Con memoria, pero mirando hacia el futuro, hacia la reconstrucción. No se trata de vivir añorando el pasado, sino que desde el presente construyamos un porvenir más beneficioso para todos”.
“Pero no podemos hacerlo en soledad. Necesitamos el apoyo de los medios, de las empresas y de los distintos sectores que integran la sociedad fueguina”.
