Al mismo tiempo que celebra sus buenas relaciones con Argentina y pondera el avance en las negociaciones para que productos uruguayos puedan atravesar las barreras proteccionistas al comercio, el gobierno uruguayo expone un discurso crítico sobre el cumplimiento del vecino país al Mercosur. Para el gobierno de José Mujica las trabas comerciales de la administración de Cristina Fernández de Kirchner son una «violación a los preceptos básicos» del bloque regional fundado en 1991 y que establece de forma clara en el capítulo primero de su Tratado de Asunción la «libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países» miembros a través de la «eliminación de los derechos aduaneros» y «restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente».
Así lo manifestó ayer el canciller Luis Almagro en su exposición ante la Comisión Permanente del Parlamento, invitado por los legisladores del Frente Amplio para explicar el mecanismo de negociación por las barreras comerciales que impone Buenos Aires.
«Las medidas de Argentina van en contra de lo consensuado en el Mercosur», insistió el ministro de Relaciones Exteriores, luego de repasar en detalle cuáles son los mecanismos defensivos del gobierno kirchnerista a las importaciones. El jerarca consideró que el «talón de Aquiles» del bloque comercial son los tribunales de controversia y en ese caso también repartió críticas para Argentina, pero también para Brasil por considerarlos incumplidores de los laudos. «Los países no han logrado comprometerse ante un mecanismo de disciplina», se lamentó.
Almagro estima que los países miembros del Mercosur no tienen «incentivo jurídico ni económico» para cumplir con los laudos del tribunal de controversias. Recordó que Uruguay ha sido «fiel cumplidor» de sus fallos y anunció que «insistirá» por ese camino para denunciar las violaciones al tratado de Asunción.
Ayer, el presidente Mujica se manifestó en la misma línea crítica al bloque. «Desde el punto de vista real (el Mercosur) existe, pero desde el punto de vista jurídico está todo hecho un chicle. Si nadie respeta los compromisos, nosotros no estamos obligados a respetar tampoco. Queda hasta ridículo reclamar si nadie le va a dar importancia», dijo en una entrevista con el semanario Búsqueda. «Vamos a ir y vamos a hacer acuerdos con el país que se descuide y, cuando vengan a reclamar, vamos a decirles que no se pueden asustar con eso», agregó el mandatario. Para el jefe de Estado «llegó el momento de resolver de otra forma esos problemas de alcoba» con los países de la región.
La oposición increpó ayer al gobierno por su postura ante las dificultades que plantea Argentina. Blancos y colorados reclamaron firmeza y planteos con menos «dulzura». El canciller respondió que Uruguay mantendrá el camino del diálogo en el mismo nivel diplomático, «sin ponerse a discutir la letra chica», pero con la misma «firmeza» que hasta ahora.
El senador colorado Ope Pasquet (Vamos Uruguay) dijo preocuparle la «actitud» del gobierno uruguayo frente a su par argentino al momento de reclamar por sus derechos. El nacionalista Carlos Moreira (Alianza Nacional), en tanto, dijo que los últimos gobiernos argentinos «se han reído de Uruguay». «Nos están violando y agrediendo, y nosotros les estamos respondiendo con excesiva dulzura, como con un complejo de petiso», aseguró.
A la derecha de Almagro se ubicó ayer en el Senado el subsecretario de Economía, Luis Porto, encargado de contactar a su contraparte en Argentina para liberar licencias de exportaciones uruguayas.
El ministro de Industria, Roberto Kreimerman, detalló en el debate que las 93 licencias no automáticas firmadas por la Secretaría de Comercio Exterior argentino representan US$ 4,7 millones.
Almagro dijo ayer a El País que «el problema» de las barreras comerciales «no está solucionado» y que, la medida tomada el miércoles en Argentina, es «un paso» como «tantos que se han dado el año pasado».
Por otra parte, el embajador uruguayo en Buenos Aires se entrevistó ayer con el presidente Mujica en Torre Ejecutiva. El funcionario le relató con detalle cada paso de sus contactos con el gobierno de Cristina Fernández para levantar barreras comerciales. Transmitió también que los «canales» de diálogo con el gobierno argentino «están abiertos», y que «todos» sus funcionarios están dispuestos a atender el teléfono, según pudo saber El País.
Entre exigencia y plena conformidad
La sesión de ayer en el Parlamento, con la visita de los ministros Kreimerman y Almagro por las trabas comerciales argentinas, generó reclamos de firmeza por parte de la oposición y plena conformidad en la bancada del Frente Amplio. Al final de las cuatro horas de debate, blancos y colorados leyeron una declaración donde piden al gobierno que le «exija» a Argentina «respeto irrestricto de la institucionalidad». El oficialismo, en tanto, manifestó su «absoluto respaldo» y «plena coincidencia» con las explicaciones de los dos jerarcas. La oposición, además, apoyó al presidente Mujica en su intención de buscar acuerdos unilaterales con terceros países por fuera del Mercosur. La izquierda, finalmente, reclamó a los funcionarios «encaminar» una reforma del bloque y «mantener» el diálogo con Argentina. El diputado blanco Álvaro Delgado (Aire Fresco), abordó ayer a Kreimerman en un pasillo del Parlamento para recordarle su propuesta de enviar a Buenos Aires una misión mixta con integrantes del gobierno, empresarios y trabajadores. El legislador dijo a El País que sería bueno ahora establecer las «reglas de juego» con el vecino país para el ingreso de nuevos productos.
El País Digital
Uruguay.
