El crédito privado crecerá a un ritmo más moderado

El crédito se expandió fuertemente en 2011: en diciembre creció 46,8% i.a., acelerándose frente a diciembre de 2010 (+35% i.a.), y alcanzó 17% del PBI, el valor más elevado desde la convertibilidad. El crédito al sector privado creció por encima del total (+48% i.a.), y alcanzó 15,5% del PBI, 2,1 p.p. por encima de 2010. De esta manera, desde el principio del actual boom de crédito (septiembre 2009) los préstamos al sector privado pasaron de 12,1% a 15,5% del PBI.

Sin embargo, la dinámica de 2011 se resintió a fines del año: los préstamos al sector privado, que se habían aceleraron de +37% i.a. en diciembre de 2010 a +53% i.a. en septiembre del año pasado, se desaceleraron casi 5 p.p. en el último trimestre de 2011. La tensión cambiaria de septiembre-octubre fue un factor fundamental en esta moderación.
En el último trimestre la fuerte salida de depósitos en dólares resintió fuertemente el crédito en moneda extranjera, que incluso cayó en los últimos meses del año. Además, por la suba de tasas, los préstamos privados en pesos también se desaceleraron.
Lo ocurrido a fin de 2011 deja importantes interrogantes hacia futuro. Si bien no creemos que el crédito privado vaya a frenarse es posible que el boom iniciado en septiembre de 2009, tal cual lo habíamos visto, haya llegado a su fin, y en adelante los préstamos crecerían a tasas más moderadas.
Para 2012, incluso la proyección oficial del Programa Monetario 2012 contempla una desaceleración del crédito del orden de los 18 p.p., fenómeno que se observó incipientemente a fines de 2011. Los datos que dan cuenta de la constitución de nuevos créditos (IVAC bancario) apuntan en la misma dirección.
Entre los drivers que impulsarán al crédito se encuentra el “cepo” a la compra de dólares. En la medida que éste resulte exitoso, los ahorros privados se canalizarán hacia depósitos, aumentando la capacidad prestable de los bancos.
Por el lado de la demanda de crédito, las limitaciones a la compra de divisas también podrían incentivar la adquisición de bienes.
En contraposición, el menor ritmo de expansión de la actividad esperado para este año impactará sobre el crédito. Tampoco debe soslayarse que el equilibrio en el mercado de divisas es frágil y si las expectativas de devaluación se gatillan, la incertidumbre cambiaria impactaría sobre la dinámica del crédito.
Por otro lado, es difícil que las tasas puedan retornar a los valores del tercer trimestre de 2011, pues los niveles previos a los controles no serían suficientemente atractivos como para evitar una fuga hacia el dólar (formal o informal. Adicionalmente, el menor crecimiento de los ingresos salariales y el aumento del peso de la deuda de las familias operarían en igual sentido.

El crédito en 2011: de mayor a menor

El crédito volvió a crecer fuertemente en 2011. Luego de expandirse 35% i.a. en diciembre de 2010, en el último mes del año pasado creció 46,8% i.a. En términos del producto, alcanzó 17% del PBI, el valor más elevado desde 2002, aunque cabe destacar que por ese entonces la fuerte crisis distorsionó este indicador.
Así, habría que remontarse a la convertibilidad para encontrar una mayor participación de los préstamos en el producto. Cabe destacar que si bien este ratio es más bajo en comparación con los últimos años de la convertibilidad, el 91% del crédito corresponde al sector privado, más de 10 p.p. por encima del registro de 2000-2001 (70%-80%).
De hecho, el crédito al sector privado creció en 2011 por encima del total (+48,0% i.a.), alcanzando 15,5% del PBI, 2,1 p.p. por encima del ratio de 2010. De esta manera, desde el principio del boom de préstamos (allá por septiembre de 2009) los préstamos al sector privado pasaron de 12,1% a 15,5% del PBI.
Si bien este valor todavía resulta bajo en relación al promedio de América Latina (44% del PBI) e incluso al período 1994-2001 (20% del PBI), cabe destacar que los préstamos destinados al consumo (5,5% del PBI) se ubican muy por encima del máximo de la convertibilidad (3,4% del PBI en junio del 2000). Por su parte, los préstamos hipotecarios siguen en niveles históricamente bajos, pese a que crecieron por encima del producto en 2011. Por último, el crédito destinado a empresas sigue lejos de los valores alcanzados en la convertibilidad.
Más allá de haber concluido otro año de fuerte expansión, la dinámica del crédito privado fue de mayor a menor a lo largo del año pasado.

De hecho, los préstamos al sector privado se aceleraron de +37% i.a. en diciembre de 2010 a +53% i.a. en septiembre 2011. Sin embargo, como se observa en el gráfico en el último mes del año pasado se observó una desaceleración de 5 p.p. (+48 % i.a.). Cabe señalar que la dinámica de fin de año obedeció al impacto que la fuerte tensión cambiaria de septiembre-octubre ejerció sobre el sistema financiero.
En primer lugar, por esa crisis los depósitos privados en dólares cayeron US$ 2.650 M (18% del total) en los últimos 2 meses del año, lo que resintió fuertemente el crédito privado en moneda extranjera. Dichos préstamos pasaron de +49% i.a. en septiembre de 2011 a +31% i.a. en el último mes del año pasado. De hecho, en esos meses el stock cayó casi 2%, mostrando las dificultades que tendrá el financiamiento en dólares para recuperarse.
Además, los préstamos en pesos (86% del total) también se desaceleraron en los últimos meses de 2011. Tras registrar un crecimiento de 52% i.a. en septiembre, cerraron el año con una suba de 49% i.a., desaceleración que incluso continuó a principios de este año. La fuerte suba de tasas -ocurrida por la tensión cambiaria- fue el principal determinante en esta dinámica.
En promedio, las tasas activas subieron 5 p.p. en el último trimestre, aunque el salto no fue homogéneo. Por caso, las tasas para préstamos personales a personas físicas a menos de 180 días saltaron de 16% (promedio enero-septiembre) a 20% en noviembre y 40% en diciembre, mientras que el costo de un crédito por adelantos en cuenta corriente a empresas pasaron de 17% (enero-septiembre) a 21% (diciembre). Además, las tasas de préstamos prendarios e hipotecarios subieron a los mayores niveles desde la recuperación de mediados de 2009.
En síntesis, los préstamos al sector privado volvieron a registrar una fuerte expansión en 2011, de la mano de las tasas de interés reales negativas y el sesgo al consumo, aunque lo ocurrido en la parte final del año deja importantes interrogantes hacia futuro. Si bien no creemos que el crédito privado vaya a frenarse, es posible que el boom iniciado en septiembre de 2009, tal cual lo habíamos visto, haya llegado a su fin: las tasas de expansión, como ocurrió en enero, se irán moderando con el correr del año.

Perspectivas del crédito en 2012

Dentro de los principales lineamientos incluidos en el Programa Monetario 2012 (PM 2012) se destaca un nuevo incremento en los préstamos del orden de $ 80.000 millones para el segmento en pesos, lo que equivale a un crecimiento interanual de 32% i.a. para fin de 2012. De esta manera, las proyecciones oficiales prevén una considerable desaceleración de los préstamos del orden de 17 p.p., teniendo en cuenta la fuerte expansión del crédito de 2011.
Por otra parte, el menor dinamismo del incremento del stock de préstamos observada a fines de 2011 se ha profundizado en enero (45,8% i.a. vs 48% i.a. en diciembre). Esta tendencia se ve reforzada por la difusión de algunos indicadores alternativos de crédito. Por caso, el Índice Veraz de Actividad Crediticia (IVAC Bancario), que resume la cantidad de consultas diarias que realizan los bancos a VERAZ, cayó 8,3% en el último trimestre en términos desestacionalizados, el primer retroceso trimestral tras 9 incrementos consecutivos.
En este contexto, resulta relevante trazar un mapa de los principales drivers del crédito para este año (tanto a favor como en contra de la expansión de los préstamos), partiendo de la base que aún en el mejor de los escenarios no podrá repetirse el boom de crecimiento registrado en los últimos dos años.
En primer lugar, la puesta en marcha de los controles a las compras de divisas podría tener efectos propulsores del crédito. En la medida que el “cepo” a la compra de dólares resulte exitoso, los ahorros privados se canalizarán hacia depósitos, aumentando la capacidad prestable de los bancos.
Resulta clave en este punto que las tasas de interés pasivas se ubiquen por encima de la expectativa de devaluación. De no darse lo anterior, los incentivos a canalizar ahorro hacia el dólar irán en aumento, ya sea a través del mercado oficial o el paralelo.
Por el lado de la demanda de crédito, las limitaciones a la compra de divisas también podrían incentivar la adquisición de bienes, fenómeno que no resultaría inocuo para la estabilidad de precios.
En contraposición a los factores antes mencionados, podemos mencionar en primer lugar al menor crecimiento de la actividad económica en 2012 y su impacto sobre la trayectoria del crédito.
En un mismo sentido, tampoco debe perderse de vista que el delicado equilibrio alcanzado en el mercado de cambios fue conseguido a expensas de haber reprimido la demanda de divisas. En efecto, luego de la implementación de los controles a la compra de dólares el componente del Índice de Confianza del Consumidor (ICC-UTDT) que releva el estado de la situación macro percibido por los agentes cayó 5,8% sin estacionalidad en el último trimestre, aunque en enero se revirtió parte de esta caída (creció 3,3%).
Sin embargo, es difícil que el nivel de tasas pueda retornar a los niveles del tercer trimestre del año pasado, pues los niveles previos a los controles (13%) no serían suficientemente atractivos como para evitar una fuga hacia el dólar (formal o informal.
De todas formas se observó un importante descenso en las tasas pasivas respecto del pico alcanzado en noviembre. En enero La tasa BADLAR de Bancos Privados promedió 15,9%, 4 p.p. por debajo de la media de noviembre, y en los primeros días de febrero se encuentra por debajo de 15%. La tasa activa de Adelantos replicó una trayectoria similar, al ubicarse 4,5 p.p. por debajo del pico alcanzado.

Por otra parte, el ingreso salarial difícilmente pueda acercarse a la trayectoria de 2011 (+29% i.a.) en un contexto donde el Ejecutivo pretende que las subas salariales se ubiquen en torno del corredor del 18%-20%.
A la perspectiva de un menor ritmo de incremento nominal de los salarios se agrega el aumento del endeudamiento de las familias en el último tiempo producto del boom crediticio. En efecto, mientras que a fines de 2010 se necesitaban 3,4 salarios anuales formales para cubrir el crédito total al sector privado, en diciembre del año pasado esa cifra alcanzó el máximo desde la salida de la convertibilidad: 4,45 salarios (+31% i.a.).
En definitiva, la combinación de un menor crecimiento de en los ingresos y el aumento del peso de la deuda de las familias le quitaría algo de dinamismo a la demanda de crédito.
Por último, vale la pena mencionar la dinámica de los préstamos en dólares. Reducida la capacidad prestable de los bancos producto del retroceso en los depósitos (-19% desde los controles), el financiamiento en moneda extranjera se verá sin dudas afectado durante 2012 (de hecho el stock de préstamos en dólares cayó 3% mensual en diciembre).En este contexto de escasez de dólares, el costo de la prefinanciación de exportaciones se verá incrementado.
En suma, la falta de alternativas de inversión generada por los controles a la compra de dólares podría, por el lado de la oferta, aumentar la capacidad prestable de los bancos al canalizar el ahorro hacia la formación de depósitos, y por el lado de la demanda, a reemplazar ahorro en dólares por consumo de bienes.
Sin embargo, aún el mejor de escenarios el crédito se desaceleraría considerablemente en 2012. Un menor crecimiento del nivel de actividad, la incertidumbre cambiaria, el incremento en el costo del financiamiento y la combinación de menores perspectivas de aumentos salariales junto al elevado peso de la deuda de las familias son todos elementos que alimentan la desaceleración en los préstamos.

Fuente:Ecolatina.

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