El conflicto por el proyecto minero de la canadiense Osisko en La Rioja complica cada más al gobernador Luís Beder Herrera. Luego de las denuncias por la presencia de una patota parapolicial en las protestas y por los intentos de silenciar los reclamos a través del manejo discrecional de la pauta publicitaria, ahora el principal funcionario del área de minería quedó bajo cuestionamiento por estar vinculado al negocio de la extracción en Famatina.
Se trata nada menos que del secretario de Minería de La Rioja, Oscar Lhez, quien antes de ser designado en ese cargo casualmente trabajaba en la Cámara Minera de la Provincia y ahora señalado como el socio de Nivaldo Rojas, geólogo y empresario de origen chileno que impulsó el negocio de la extracción en Famatina.
Para muchos, Beder Herrera está pagando el error de haber elegido a un funcionario fuertemente vinculado con el negocio minero, quien no habría dudado en facilitar la llegada de la canadiense Osisko para el beneficio de quien sería uno de sus socio, Nivaldo Rojas.
Lo cierto es que en el medio de las protestas, las marchas y la cobertura mediática a nivel nacional que tomó este conflicto, Beder Herrera quedó en soledad para defender la iniciatva. Es que Lhez -y, por supuesto, el empresario Rojas- optó por el silencio y algunos, incluso, afirman que «está desaparecido de la provincia».
El mandatario riojano estaría analizando por estas horas un cambio en la conducción de la secretaría, un pedido que también habría llegado desde la Casa Rosada, donde están furiosos con el resurgimiento de los conflictos por la minería, reclamos que creían haber moderado.
La continuidad de Lhez pende de un hilo. «Se le ha acabado el crédito. Y eso que para muchos ya es reconocido por tener en su haber nada menos que la voladura de un cerro en La Rioja que dejó como saldo cinco familias sin vivienda por roturas y destrozos que causara el impacto de las piedras», explicó una fuente de LPO.
