Para Intel, el mayor de los dos únicos fabricantes de microprocesadores del mundo, Argentina es un mercado en transformación. Antes sus productos llegaban dentro de las computadoras armadas en Asia. «Ahora, en lugar de embarcar los procesadores a China, lo hacemos a Tierra del Fuego», afirmó Esteban Galuzzi, gerente general de la empresa para el Cono Sur.
El ejecutivo destacó el «resurgimiento de no menos de diez empresas argentinas que están activas en la producción de notebooks, tanto en Tierra del Fuego como en el continente, y algunas otras lo están analizando. Hasta ahora, las que estaban en el negocio eran solo tres empresas. De hecho, tenemos un trabajo muy importante en cuanto a la puesta a punto de esas fábricas porque no es algo trivial armar un notebook de calidad. Por eso, estamos dando a esas fábricas mucho apoyo técnico de manufactura», señaló.
Intel presentó la semana pasada sus resultados globales del tercer trimestre: a pesar de la crisis del mundo desarrollado superó por primera vez los US$ 14.000 millones de facturación gracias a la demanda de los mercados emergentes. En el mercado argentino, «el crecimiento fue del 10%, que es un poco menos de lo esperado. Es probable que tenga que ver con la puesta en marcha de la nueva regulación que impactó especialmente en agosto, cuando comenzó la transición de productos importados a productos fabricados en Argentina».
Según Galuzzi, «Argentina tiene hoy una capacidad instalada para fabricar 2,4 millones de notebooks, 900.000 de ellos en Tierra del Fuego. En seis meses, esa cifra trepará a 4,2 millones, la mitad de las cuales se hará en el Sur».
En cantidad de computadoras destinadas por los gobiernos a la educación, Argentina ocupa el tercer lugar detrás de Estados Unidos y China. En 2012, los gobiernos nacional y de las provincias de La Rioja, San Luis y Capital Federal comprarán unos 2 millones de notebooks para sus estudiantes secundarios y primarios, y el resto del mercado sumará alrededor de 4,4 millones más, según la estimación de Intel.
Por lo tanto, el número total estará muy cerca de los 6,5 millones de PC de escritorio, «all in one» (todo en uno), notebooks y netbooks. Como consecuencia de este crecimiento, Argentina pasó del puesto 18 al 15 entre los principales mercados. En la región latinoamericana es el tercero detrás de Brasil y México y está muy por delante de Colombia y Chile.
En Intel Argentina, la mayoría de sus más de 250 empleados, que están concentrados en el centro de desarrollo de software de Córdoba, reconocen que el negocio se está transformando rápidamente hacia una «integración mucho más verticalizada, algo muy diferente de la PC, que tenía hardware Intel y software Microsoft. Por eso, Intel tiene la estrategia de meterse en teléfonos móviles, «set top box» para televisores, computadoras de automóviles, señalética inteligente y muchas otras categorías».
Pero, además, la segmentación del mercado está impulsando una diversificación del catálogo de productos, que en los últimos años sumó las netbooks, las tabletas (que, para Galuzzi, «aún no despegan en Argentina por sus altos precios») y las «all in one», y que para 2012 promete agregar las ultrabooks, una certificación de Intel para computadoras delgadas, livianas pero tan potentes como un notebook.
LA NACION