La funcionaria nacional resaltó que el proceso de reindustrialización de un país «no se crea de la nada. Se construye ladrillo a ladrillo, paso por paso, poniendo primero pilares de lo que es un desarrollo sustentable».
En ese contexto enumeró como los pilares claves, de este proceso industrial que se vive en el país desde el 2003, «la inversión en infraestructura productiva, fortalecimiento del enclave de ciencia, tecnología e innovación y una fuerte inversión en el capital humano».
La ministra, invitada por las autoridades de la Fundación Mediterránea, disertó en el Sheraton Hotel de la capital cordobesa y transmitió a los presentes la «confianza» de este proyecto nacional y popular que hoy «tiene un tipo de cambio competitivo con Brasil y con el mundo, y ahora viene el tiempo de la sintonía fina».
Precisó que la sintonía fina tiene que ver con «mejorar la productividad cadena por cadena y eslabón por eslabón, para eso pensamos un plan estratégico que nos permitirá seguir agregando valor en origen y, como dice la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), industrializar la ruralidad».
Entre los polos productivos industriales diversificados regionalmente que generan puestos de trabajos enumeró, entre otros, a Tierra del Fuego (electrónico), Santa Fe-provincia de Buenos Aires-Córdoba (metalmecánica/ automotriz), provincia de Buenos Aires-Norte Grande (textil-confección) y NEA-NOA (foresto-industria).
Al referirse a la situación de la crisis financiera internacional, consideró que «a los gobiernos de los países centrales les falta la valentía y el liderazgo político que tuvieron Néstor y Cristina Kirchner para poner al país de pie a través de un proyecto basado en la producción, el trabajo y el desendeudamiento».
En ese sentido dijo que entre 2003-2010 el PBI (Producto Bruto Interno) per cápita creció en dólares 167%, mientras que en el resto del mundo el incremento fue de solo del 54%, eso indica que Argentina achicó la brecha con el promedio del resto de los países.
También la titular de la cartera fabril detalló que la producción industrial en 7 meses de 2011 ya duplicó el nivel de producción del mismo período de 2002 (+ 102%).
«Los trabajadores tienen plata en el bolsillo y eso es parte de la política de industrialización. Primero está la demanda, de ahí surge la oferta y el círculo virtuoso que se completa con la inversión y el trabajo. La inversión llega donde hay negocios e invertir hoy en Argentina es negocio», remarcó Giorgi a la par de afirmar que «tenemos una economía el doble de abierta que la de los ´90», al comparar las importaciones y exportaciones.
Ponderó el mercado interno pujante, generador de sustitución de importaciones competitivas y del salto exportador, es «clave para aumentar la capacidad productiva y generar más y mejor empleo», dijo.
A lo que se suma el salario mínimo vital y móvil que aumentó un 1.050%, se crearon 5 millones de puestos de trabajo, tenemos 3,6 millones de hogares cubiertos por la Asignación Universal por Hijo y Embarazadas, 3 millones nuevos jubilados y pensionados a los que se les aumentó en 856% la jubilación mínima, apuntó la ministra ante los economistas.
Se refirió también a la política de sustitución de importaciones como una herramienta de industrialización que hace que el país vuelva a tener «protagonismo en nuestro mercado interno. Productos que antes se importaban hoy se fabrican en el país con la misma calidad que los que se hacen en el mundo. Tenemos los mismos celulares, las mismas zapatillas y los mismos autos», destacó.
Se logró solvencia macroeconómica a partir de terminar con el fantasma de la volatilidad permanente, una inversión pública para el desarrollo que se multiplicó por tres entre 2003 y 2011.
Al igual que las mejoras estructurales hicieron crecer en un 50,5 % el trabajo, lo mismo las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) se triplicaron y las exportaciones de mediana y alta tecnológica pasaron del 20,7% a fines de los ´90 al 24,7% en 2010.
