Cuando Claudio Queno retuvo la comuna de Tolhuin muchos se preguntaban porque, algunos sabíamos otros no tenían ni idea pero con comentarios supuestamente ironicos se dedicaron a denostarlo y algunos hasta cobraron por hacer el trabajo sucio, pero el pueblo que nunca se equivoca hizo caso omiso a esas campañas y hoy estamos en condiciones de decir porque, porque contra la realidad n hay nada que se oponga, porque aun cuando desde afuera se trato de manipular al electorado, la gente que vive en el corazón de la isla es la que mejor conoce su propia realidad.
Y la realidad es esta.
Según la Dirección Provincial de energía en Tolhuin hay 1300 medidores de luz o 2700 personas habilitadas para votar, si multiplicamos esto por el numero de una familia tipo es decir 4, ya tenemos entre 5600 y 7000 habitantes, o sea mas del doble de lo que marca el ultimo censo nacional.
El presupuesto aprobado de Tolhuin es de 22 millones de pesos y las autoridades se encuentran peleando con legislatura y gobierno un punto mas para poder llegar a 24 o 25 millones de pesos anuales, es decir la mitad de lo que malgasta el Concejo Deliberante de Rio Grande divido entre unas 100 personas incluidos los 7 concejales.
Ese presupuesto para atender necesidades de 5600 personas es 20 veces menor a lo que gasta el IPAUSS solo en sueldos de los más de 300 empleados con que cuenta.
Casi diez veces menos que lo que insume la Legislatura provincial antes del dietazo que se dieron los legisladores y que distribuye entre unas 140 personas.
La comuna recibe por goteo y con hasta 11 días de retención por parte del gobierno de la provincia 1.700.000 pesos menuales, de los cuales 370.000 le retiene el IPAUSS, y un 20 % se lo lleva el concejo deliberante. El numero se reduce a un millón de pesos con los que hay que hacer frente al pago de sueldos de 110 empleados de la comuna, mantener limpia la ciudad, hacer obra publica, brindar los servicios básicos, apertura de calles para futuras urbanizaciones y demás.
No es necesario señalar que el margen de maniobra es mínimo, pero a esto hay que agregar que las embarazadas de Tolhuin no pueden tener a sus hijos allí y con dos o tres días de anticipación se tienen que trasladar a Rio Grande porque no hay sala de partos en el Centro Asistencial, la escuela Ramón Trejo Noel tiene un inmenso gimnasio cerrado porque no tiene gas y además se levantó todo el piso por lo que todos los alumnos del establecimiento realizan actividad física, cuando obtiene espacio, en el polideportivo municipal, se levanto un jardín de infantes que no tiene conexión cloacal, por lo que estuvo paralizado hasta que gobierno colocó una planta portable, lo que nos ahorra todo tipo de comentario. La absoluta mala predisposición del personal de DPE en Tolhuin la ponen se manifieste 7 de cada 10 vecinos de la ciudad, lo mismo que la DIPOSS, que muchas veces realizan paros de los cuales las autoridades del área ni se enteran pero que perjudican a toda la localidad.
En definitiva la pregunta es ¿Cómo sobrevive Tolhuin, ante este abandono, desidia, o mezquindad política que no se puede ni ocultar ni desmentir?, y solamente basándonos en la frialdad de los números, mas que exiguos por cierto y además retenidos por un Ministro de Economía que en su primera reunión con funcionarios de la comuna no conocía a ninguno de los que tenia sentados frente a el, un ministro de economía que todavía no puede explicar el presupuesto, y que no sale de su despacho ni a empujones.
El ministro de desarrollo social Sergio Alvarez vivió ahí varios años y conoce las necesidades de SU pueblo, sin embargo parece que se olvido de donde viene y eso en mi barrio se llama apunamiento de alfombra, una forma delicada de definir a los que niegan su origen y aun así pretendió ser intendente, no por nada sigue siendo empleado del estado provincial y de una comuna que le paga el sueldo pero no atiende.
Tolhuin a pesar de estar en medio de las dos ciudades mas importantes de la Isla es atendido como un barrio más, y por las razones que sean sus habitantes no se merecen semejante desprecio. Pero hay que estar en Tolhuin para verlo y después entender una realidad que a quien suscribe le deja una profunda sensación de vergüenza ajena.
Armando Cabral.
